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ISSN: 1562-384X Año XXVIII / Número 86. Julio-Diciembre 2024 DOI: 10.32870/sincronia |
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Revista semestral de Filosofía, Letras y Humanidades | ||||||||||||
Un pasado triste y un presente glorioso. A sad past and a glorious present. |
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DOI: 10.32870/sincronia.axxviii.n86.24.24b | ||||||||||||
Isaías Hernández Estrada Universidad de Guadalajara. (MÉXICO) CE: isaias.arql@yahoo.com.mx ![]() |
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Recepción: 04/03/2024 Revisión: 02/04/2024 Aprobación: 03/03/2024 | ||||||||||||
Cómo citar este artículo (APA): En párrafo: En lista de referencias:
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Resumen. Palabras clave: Tonalá. Barro canelo. Nicasio Pajarito. Etnografía. Abstract. Keywords: Tonala. Clay pottery. Nicasio Pajarito. Ethnography |
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El presente texto es un homenaje a la labor de los artífices del barro quienes con sus creaciones se han abierto paso en diferentes mercados con la innovación en los diseños y la apertura que han tenido que experimentar con la modificación del carácter de su obra que en sus inicios cumplía con una función utilitaria y pasó a la elaboración de piezas con una orientación suntuaria. El objetivo que se persigue con esta reflexión, por un lado, se encamina a reconocer la producción artística de una familia que apostó por explotar la técnica del barro canelo para la elaboración de una vasta producción artística y por otro, el crear conciencia entre la sociedad de que se trata de un patrimonio cultural tangible como inmaterial que debe ser protegido y apoyado. La etnografía una herramienta para la historia Para conocer y saber más de la vida del alfarero Nicasio Pajarito, la entrevista como fuente primara, es el testimonio oral por excelencia, es decir, “los protagonistas viven y actúan en el ámbito de la vida privada, otros en el de la pública; pero ahí están y tienen muchas cosas por contar: construyen lo que se llama ‘historia viva’” (Olivera, 1988, p.157), porque fueron testigos presenciales o protagonistas. Por consiguiente, el periódico será el documento de apoyo junto con la fuente bibliográfica. De aprendiz a maestro en el barro canelo Dicho lo anterior, es importante preguntarnos ¿cómo fue su formación desde la niñez del alfarero Nicasio Pajarito?; ¿en qué momento de su historia de vida, logra trascender?; ¿qué factores sociales y/o políticos permitieron otorgarle el prestigio a Nicasio Pajarito y a la cerámica canelo? Por último, ¿qué factores están provocando la perdida de la continuidad de esta tradición? Estas son algunas de las preguntas que se irán contestando más delante de esta investigación para lograr entender el contexto en el que vive la familia Pajarito. La memoria como documento |
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Los señores eran de aquí de Tonalá, se llamaban uno Juan Aldana y Pascual Aldana, eran dos hermanos ellos. Ellos tenían un taller de loza ¡de toda! Esa la empezaron ellos se me hace, que oía yo que decían, cuando la Segunda Guerra Mundial, estaban en apogeo enviando loza pa’ Estados Unidos, esos dos señores. Y allí, ellos tenían no menos de 50, 60, 70, gentes trabajando en ese taller y entre esos que ellos embarcaban para allá, llevaban toda esa loza del Rosario también, no nomás la de mi padre pues, toda la que hacían aquí todos lo que trabajaban aquí el barro canelo (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). |
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La niñez de Nicasio Pajarito no fue tan fácil como la de cualquier otro niño que asiste a la escuela, tiene momentos de recreo con sus amigos y convive con sus padres, sino que por, el contrario, él tuvo que trabajar desde la corta edad de 12 años, producto de dos factores que le orillaron a depender de sí mismo. Por un lado, estuvo la muerte de su padre ocasionada por una pulmonía y, por otro lado, al año siguiente, el fallecimiento de su madre, al estar dentro de la mina de arcilla en forma de covacha en temporada de lluvia, la humedad de la tierra provocó el colapso del techo, accidente que la dejó sepultada, y quedó huérfano el alfarero (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). Posteriormente a la muerte de sus dos pilares, la abuela por parte de su papá, los acogió a él y a su hermano menor. Al estar bajo la tutela de Martha Cantero comenzó a ser adiestrado por ella misma en el oficio del barro con la intención de conseguir que pudiera valerse por sí mismo. Ante este hecho, señala Nicasio lo siguiente: |
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Decía mi abuelita, la mamá de mi papá, ¡ándele no yo voy a mantener flojos!, decía mi abuelita, de ahí yo ya comencé hacer las piececitas, y la abuelita era un poco dura pues, para cuestión del trabajo. Pues yo siempre he sido preguntoncito ¿a ti quién te enseño abuela? -Me enseñe con tu abuelo, gracias a él nos enseñamos-, porque siempre ella me inculcaba que decía -mira hijo ve con tu tío (un primo hermano de su padre), ve que bonita loza saco, enséñese como sacar la loza como ellos-, eran de la generación de mi padre, mi padre murió a la edad de 35 a lo máximo. (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). |
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Años después entre los 18 y 20 años de edad, Nicasio Pajarito junto con su hermano y su abuela comenzaron a dedicarse a dos oficios para poder sostenerse económicamente, la siembra y loza cada una en su temporada: |
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Mi abuelita la mamá de mi papá era ejidataria del ejido, y yo ya empecé a sembrar el ejido y, me dedicaba cada 6 meses a lo de la alfarería y 6 meses a lo de la agricultura y así fue el proceso de mi vida, seis meses hacer loza y seis meses a la labor del campo. Aquí se sembraba maíz, frijol, calabaza, jícamas, todo eso, todo lo de temporal pues. Que ya aquí abajo había huerta para sembrar hortaliza, y esas pues las sembraban todo el año, aguas y secas. Pero lo más era maíz, cacahuate, frijol, jícama, camote, y todo eso se sembraba en aquellos años. (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). |
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Sabemos que para ese tiempo la mayoría de los pobladores de Tonalá se dedicaban a dos oficios, así como no lo hace saber Isabel Marín De Paalen en la siguiente cita: | ||||||||||||
Son las principales fuentes de ingreso el cultivo de la tierra y la fabricación de la loza […]. En estas labores ocupan los meses de junio y julio, parte de agosto y septiembre, y cosechan en noviembre. El resto del año lo dedican a la fabricación de loza. (Marín, 1960, p.15). | ||||||||||||
Al parecer, se podría inferir que, el trabajo de campo y el adiestramiento de su tío como alfarero, forjaron la vida de Nicasio Pajarito. Dicho lo anterior, se le preguntó al alfarero Nicasio Pajarito exactamente dónde él hacia sus ventas de barro canelo cuando era joven; ante esto, él comentó que, en La Plaza, que se encontraba ubicada en frente de la presidencia municipal de Tonalá. Ante esto, nos regala una descripción sobre lo que ahí se comercializaba: |
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Pues sí, ahí nos juntábamos por ejemplo los Jimones, nosotros y los que hacían todo lo de engretado (vidriado) jarros, cazuelas, todo eso y de los artesanos buenos por ejemplo, ya muy distinguidos pues, era don Amado, era don Sacarías Jimón, los Simeón Galván, nosotros aquí digamos, íbamos de aquí unos 4 o 5, pero se ponía uno en el jardín en donde daba vuelta la gente cuando se hacían las fiestas no había así tolditos pues, pues eso ha de haber sido por ahí como en el 50, 60, 70. Se vendían productos propios de la localidad de Tonalá de sus delegaciones, casi no venían de fuera, tal como el Rosario. (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). |
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Ante este hecho, nos da la pauta para deducir que, Tonalá y San Pedro Tlaquepaque son los dos municipios por excelencia en el manejo del barro; por consiguiente, las delegaciones son aquellos pueblos que se dedican a fabricar un tipo de objetos específico de barro que los hace diferenciarse entre ellos como especialistas en la materia. Por ejemplo, Nicasio Pajarito pertenece a una delegación El Rosario, en donde se comercializaban piezas pequeñas de botellones. La entrevista que se le realizó permitió obtener información sobre las demás delegaciones que llegaban a la plaza de Tonalá como se puede leer a continuación: |
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El Rosario que llevaba sus botellones, Tateposco llevaba cantaros, lebrillos, ollas; Tonalá centro llevaba todo lo engretado; Santa Cruz llevaba su betus y Coyula llevaba tejas; Salatitán llevaba sus palomas, sus pitos, sus silbatos, sus metatitos; los de San Gaspar carrizo; Tolotlán canastas, chiquigüites, ese era el producto local del municipio ¡se perdió! Tolotlán llevaba canastas que las canastas eran como las bolsas, los medios para transportar chiquigüites, las cestas (las canastitas para las tortillas), entonces se perdió, y ya no se ha vuelto a rescatar. (comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). | ||||||||||||
Esto nos hace reflexionar que, la plaza como se le conocía en aquellos tiempos, solamente albergaba productos artesanales que en su mayoría eran objetos de barro. Siendo el punto importante para comercializar tales productos artesanales para todo aquel visitante amante del barro (Véase Figura 1). En el periódico El Informador de 1983, se tiene una entrevista a un lugareño de esa localidad que llevaba por nombre don Gilberto González, quien refuerza los argumentos de Nicasio Pajarito al respecto: |
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Una cosa había antes, que las gentes se respetaban cada una en su quehacer, sin invadirse unas a otras: el que hace jarros, se dedicaba sólo a eso; lo mismo el que hacia cazuela, botellón, plato, en fin. […] El botellón meramente era de El Rosario, […]. Estoy hablándole del botellón de olor que se hizo tan famoso. (Sandoval, 1983, p.4) | ||||||||||||
Figura I. La Plaza. En esta imagen se muestra la gran cantidad de productos de loza que se comercializaba por los años de 1950. La imagen sirve para corroborar los argumentos mencionados del documento intangible de la memoria del alfarero Nicasio Pajarito. Hasta este momento, solamente se ha descrito la vida de la infancia y la formación como alfarero, de la cual es importante conocer como antecedentes para poder entender el contexto presente de este reconocido artista del barro canelo. El amor por las artes populares Durante la primera década del siglo XX, en México se desarrolló un interés por resaltar su identidad y su nacionalismo en base a: la historia, la literatura, la pintura y las artesanías, entre otros. Uno de los personajes interesados en rescatar el arte popular fue el tapatío Gerardo Murillo Cornado, mejor conocido por el pseudónimo de “Dr. Atl”. En el año de 1922, publicó su libro Las artes populares en México, en ese mismo lapso ofreció una conferencia en la Universidad Popular (Escuela Normal para Varones) en donde pronunció lo siguiente: |
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México con respecto a sus artes populares, todas ellas ejecutadas por indígenas, ocupan el tercer lugar en el mundo. El primero y el segundo los ocupan, respectivamente, China y Japón. Refiérase luego al arte nacional de la cerámica, concediendo su atención preferente la producción de Tonalá, pueblecillo jalisciense cuyo nombre es altamente evocador. (El Informador, 1922, p.3) | ||||||||||||
Este amor por las artes derivó en la iniciativa de Gerardo Murillo de promover la escuela de ornato y una cooperativa de producción por el año de 1914 (Zuno, 1957, pp.13-14); con la intención de organizar a los artesanos y darle continuidad a la tradición milenaria. Por consiguiente, uno de los objetivos era lograr que el artista firmara su obra de arte para garantizar su reconocimiento y prestigio, convencimiento que no logró realizar el Dr. Atl hacía de los alfareros. Un año después, se dan los primeros cambios de estilos decorativos, con la intención de reforzar la identidad mexicana y de atraer a nuevos consumidores. Luis G. Murillo (hermano de Atl) estuvo encargado de introducir grecas aztecas y toltecas entre los maestros alfareros tonaltecas; la promoción de nuevos diseños se presentó como un imán que podría atraer y enamorar al turismo y a su vez obtener grandes ventas. Ante esta situación, nos refiere el periodista Enrique Francisco Camarena en una nota, refiere lo siguiente: |
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El conocido productor y comerciante alfarero don Agustín Farías, hijo sucesor de D. Heraclio Farías con negocios en Tonalá y San Pedro Tlaquepaque, firmó contrato con Manuel Gómez para enviar periódicamente furgones con loza de barro a diversas poblaciones de los Estados Unidos de Norteamérica. (1966, p.3-C) |
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Ante este hecho, se puede inferir que, la explotación artesanal generó una gran demanda de objetos de barro tanto de los consumidores nacionales como de los extranjeros; por consiguiente, esto provocó una separación entre el consumidor y el artesano por parte de terceros nombrados como intermediarios. El intermediario no solamente alcanzó a los talleres artesanales, sino también los lugares en donde estos alfareros hacían sus puntos de ventas, es decir: |
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[…] durante varias décadas la alfarería de Tonalá ha sido muy mal retribuida. Al margen de un buen mercado que la estimulara, y a cuyo amparo se superase, cayó en manos de intermediarios insensibles a la calidad del producto y sólo atentos a requerimientos de un negocio seguro para sus intereses. (Marín, 1960, p.47). | ||||||||||||
Para contrarrestar el problema de los intermediarios, la iniciativa que tuvo el Gobierno del Estado de Jalisco junto con el Instituto Indigenista y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), colaboraron para fundar el primer museo enfocado a la cerámica, el cual se establecería en el municipio de San Pedro Tlaquepaque llevando el nombre de Museo Regional de la Cerámica. A este centro artesanal acudieron como invitados los alfareros de El Rosario, Santa Cruz, Tateposco, Tonalá y del mismo San Pedro Tlaquepaque con la intención de exhibir ahí sus obras de arte. La finalidad principal era la creación de un espacio para que se |
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[…] impidiera la desaparición de la artesanía nativa de esta región […]. El cual fue inaugurado el 6 de diciembre de 1954, por el Lic. Yáñez […]. El Museo Regional de la Cerámica alberga en sus salones de exhibición, los ejemplares más bellos y tradicionales de la alfarería nativa. (Carrillo, 1972, p. 4-C). |
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Es importante señalar la intervención que realizó Isabel Marina al mantener a figuras importantes de Tonalá como el caso de Amado Galván y los hermanos Solís; motivándolos a seguir en el oficio de la fabricación de loza (Carrillo, 1972, p.4-C). El periodista José Carrillo Nuño, nos manifiesta que los artesanos se vieron en la necesidad de hacer cambios a su cerámica, la cual consideramos que sería su segunda etapa evolutiva, sin perder la esencia o la técnica, ante esto nos refiere lo siguiente, “aunque de tiempo en tiempo los alfareros se ven precisados a imitar modelos de otras regiones, se apartan de sus formas y dibujos tradicionales antiguos, con el fin de obtener mayores ingresos, y mejora su deplorable situación económica” (1972, p. 4-C). Durante esta época, Nicasio Pajarito fue invitado a trabajar al taller de Juan Aldana en Tlaquepaque, ante esto nos dice lo siguiente: |
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Estaba recién casado. Eran los años 1960. Me invitó a trabajar con don Juan un tío de mi mujer. Guadalupe Fajardo. Nos pagaba 250 pesos, 125 a cada uno. Como don Lupe me invitó y era de la familia, también me daba mi comidita. Después descubrieron que por aquí hacíamos barro canelo y cómo pintábamos y vino don Juan a El Rosario, nos traía las piezas y las pintábamos. Entonces ya no tuve que ir a trabajar a Tlaquepaque. (Anguiano, 2002, p.2D). |
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Diez años después el 8 de septiembre de 1964, el gobierno implementó otra medida para salvaguardar la integridad de las artesanías de Jalisco. Guadalajara tuvo la oportunidad de tener un espacio físico para mostrar y vender artes populares, el cual se le denominó Casa de las Artesanías de Jalisco. El objetivo de este establecimiento adquirió cinco puntos claves “Factores que son: la organización de los artesanos, el impulso a la producción, los créditos oportunos y directos, la enseñanza de las artesanías y la promoción de mercados nacionales y extranjeros” (González, 2010, p.39). Es aquí donde la Casa de las Artesanías: |
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[…] cobrará nueva vida y un mayor impulso, por la promoción, difusión y mantenimiento crediticio que se propone llevar a cabo en beneficio del arte popular del estado piloto occidente. […] con el arte popular que expone invita a realizar un recorrido imaginario y rápido por las diversas regiones del Estado. (Navarro, 1964, p.1C) |
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Estos dos hechos ponen de manifiesto la preocupación de salvaguardar el patrimonio tangible como inmaterial de las artes populares en Jalisco. El gobierno de Guadalajara llegó a visualizar la importancia y el potencial turístico y económico que podía dar las artes populares, para lo cual se creó por medio de la Casa de las Artesanías el Tianguis de artesanías en el Parque Agua Azul, con la intención de unir a los artesanos y resolver los problemas económicos que les aquejaban. En febrero de 1970, se inaugura el Mercado Popular, “[…] los artesanos consideraron de gran importancia esta oportunidad de vender directamente sus productos, ya que así retienen las ganancias correspondientes en otros casos a los intermediarios, y a su vez pueden ofrecer mejor precio al consumidor” (El Informador, 1970, p. 1C). La intención era clara para el gobierno y los artesanos, el objetivo era conseguir la eliminación de los intermediarios y dejar que el tianguis se rigiera por la ley de la oferta y la demanda. Hasta el momento, no se sabe hasta cuándo dejó de funcionar en el Parque Agua Azul y en el ex Convento del Carmen esta actividad. A la llegada al Gobierno del Estado en 1971, el Lic. Alberto Orozco Romero, amante de las artes. Emprendió estrategias para salvaguardar las artesanías jaliscienses. Durante esta década de los setentas, el alfarero Nicasio Pajarito recibe una invitación por parte de otro artesano, ante esto nos refiere lo siguiente: |
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Cuando el gobernador Alberto Orozco Romero estuvo de gobernador vino a Tonalá y le recomendó a un señor de Tonalá que ya estaba fungiendo el Instituto de las Artesanías como vicepresidente, entonces le dijo, ¡oyes a ver si hacen cosas buenas, mejores!, y ese señor de Tonalá que es don José Bernabé Campechano empezó a regarse por aquí en los pueblitos y a decirles ¡oyes hagan cosas buenas! Y ahí fue cuando empezamos en ese tiempo del gobernador Alberto Orozco Romero, hacer ya cosas buenas, aquí en El Rosario participamos como unos 6 o 7 artesanos, que según nosotros, o según el señor, que vino a invitarnos era de lo mejor y comenzamos, tanto que, les digo yo a muchos, les platico que es cierto lo dicho que hablan o que dicen “que el pez por su boca muere”. José invito a todos a los demás a los 6 o 7 de aquí, y yo iba mucho a su casa y una vez que fui vi tendido de loza, un lotecito de uno, lotecito de otro de locita; y llego yo y le digo ¡oye ya están trayendo mis paisanos locita!, -¡ira carajo tu no quieres trai, trai!- entonces yo le digo así ¿oye pero esta locita que hacen estos, yo hago mejor loza que estos? ¡Ándale pues es lo que queremos! Y así fue como empecé yo y de todos esos señores que llevaron, hasta ahorita, no más nosotros estamos fungiendo o estamos trabajando, por qué, porque los otros empezaron hacer cosas ligueras, cosas rápidas, no más las primeras que llevaron las hicieron buenas, pero ya cuando se trató de embarcar a México que les dieron todo una la confianza de embarcar en guacales, no la recibían la loza ellos los de FONART, venían uno empacar aquí y se las llevaban a México y haya salían defectuosos, y esa gente pues la fueron retirando, y ya le digo de esa gente, nada más nosotros, esta familia de nosotros queda entregando barro canelo ahí con FONART todavía. (Comunicación personal, 3 de noviembre de 2016). |
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Se puede inferir por lo anterior que el momento clave e histórico para lograr trascender Nicasio Pajarito fue en la década de los setentas con la entrada del gobernador Alberto Orozco. Se puede decir que fue una pieza fundamental para los artesanos, por ser una persona apasionada de las artesanías (El Informador, 1970, p.3A). Pero además supo distinguir que sería una segunda fuente de ingreso para Jalisco, no solamente económico, sino también de un capital cultural y simbólico, es decir: |
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La artesanía es una de las más clásicas y viables soluciones. Los mexicanos no podemos convertirnos en un pueblo sin memoria; no podemos olvidarnos de nuestro pasado. Ese es el mensaje de carácter histórico y nacionalismo que encierra la artesanía. […] porque será muy significativo “el uso y el aprecio que nosotros mismos demos a nuestras artesanías, sin desfigurarnos, porque algunos nos quieren aparecer extranjeros en nuestra propia tierra, en la casa en que vivimos; en todo debemos utilizar lo nuestro; en las casas que comemos, debemos preferir lo nuestro. México y nosotros primero. (El Informador, 1970, p.3A). |
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En el acuerdo que tuvo el gobierno de Jalisco bajo el mandato de Alberto Orozco Romero hacia los artesanos; para lograr que estos artesanos pudieran exportación su loza y que además lograran ser reconocidos a nivel mundial como maestros del arte en barros, fue importante destacar algunos puntos: en primer lugar, se buscó quitar a todos aquellos que explotan a los artesanos como es el caso de los intermediarios y los comerciantes; y en segundo, cuidar la calidad de los productos, porque de lo contrario “no sólo se desprestigia él sino que también desprestigia a los productores mexicanos” (El Informador, 1971, p.4C). La cuestión política y social fueron piezas fundamentales para el renacer de las artes populares en Jalisco. La creación del Museo Regional de la Cerámica, la Casa de las Artesanías, el Instituto de la Artesanía Jalisciense y la Feria Nacional Artesanal. En lo que respecta a lo social, se tendría a algunos académicos como el Dr. Atl, Isabel Paalen, Guadalupe Zuno, Ixca Farías entre otros. El conjunto de éstos más la perfección en calidad y nuevos diseños por parte del artesano le otorgó el prestigio y el reconocimiento por antonomasia. El momento cumbre para fortalecer a los alfareros fue la creación del Primer Concurso Nacional de la Cerámica, el cual permitía exponer los mejores productos artesanales de Jalisco y que además coadyuvara a realizar las operaciones de compra-venta sin intermediarios (El Informador, 1973, p.2C). El esfuerzo de Nicasio Pajarito por perfeccionar la calidad y la creación de nuevos diseño en el barro canelo se logró obtener con paso de los años, trece premios entre ellos el Galardón Presidencial y medalla en el XXVI Premio Nacional de la Cerámica, en San Pedro Tlaquepaque en el 2012; y catorce reconocimientos como artesano distinguido entre otras modalidades.[1] Ante lo ya mencionado, la nota periodística nos habla sobre la participación de 434 artesanos en sus diferentes rubros artísticos, al respecto, “[…] se le otorgó el Galardón Presidencial como reconocimiento a la mejor obra participante a la pieza Tinaja de nahuales de Nicasio Pajarito González de Tonalá, Jalisco y una recompensa en efectivo” (Rangel, 2002, p. 1D). ¿Qué es lo que distingue a Nicasio de los demás alfareros del bronceado canelo? Se podría contestar con dos respuestas; la primera, el acabado estético y en segunda, “[…] tiene la singularidad de crear una gama de matices terrosos con un solo color. […] Las figuras de las artesanías proyectan variaciones en el colorido gracias a las inmersiones en agua” (Águila, 2003, p.2D). El trabajo etnográfico logró detectar que en el tianguis que se exhibe en la avenida principal de Tonalá, los días jueves y domingos, ha ido escaseando la venta de loza de la cual se hablaba en los libros. Ante esta situación, se le preguntó a Nicasio Pajarito cuándo dejó de vender, su respuesta fue que en los años setentas, al ver él la entrada de nuevos vendedores que venían de otras partes de la república mexicana. Ante esto José Isabel Pajarito Fajardo hijo replica lo referente al tianguis: |
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Veo que el tianguis dejó de ser tianguis a partir de cierto año porque el gobierno, las gentes líderes se encargaban del tianguis empezaron a meter producto que ya no eran artesanales. Entonces el tianguis dejó de existir cuando entraron productos que ya nada tenía que ver con la artesanía, como actualmente ahorita hay comida, hay ropa, hay productos chinos, hay todo menos artesanías. (Comunicación personal, 9 de marzo de 2016). |
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Por lo cual, se puede pensar que todos estos maestros del barro reconocidos por los libros de historia y los actuales que han ganado un prestigio, no estarán más en los tianguis sino en sus propios talleres, en donde realizan las ventas o los pedidos de que les hacen de manera directa sus potenciales clientes. A pesar de lo ya mencionado, la tradición alfarera sigue pendiendo de un hilo muy delgado, resistiendo a pesar de la poca o mucha ayuda del Gobierno del Estado de Jalisco. Resistencia por una tradición |
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Los que se dedican a la artesanía por rancia costumbre, heredada de generación en generación, no tienen acceso al comercio directo, dependen de vivaces intermediarios que les fija el precio para comprarles muy barato, ahí en su domicilio, y revender luego muy caro en los tianguis. Porque, para ganar en un lugar en el mercado, así sea en el tianguis, deben pagar impuestos incosteables o sumarse bajo muchas condiciones –aun de carácter político- a grupos sindicales. […] somos los que hemos dado fama a la artesanía y los que hemos mantenido la tradición a fuerza de muchos sacrificios; ni en la Feria anual nos dejan vender directamente. (El Informador, 1986, p.1C). |
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Esta noticia periodística, permiten dar cuenta al lector de los desafíos a que se enfrentan todos aquellos que se dedican a la industria del barro. La política del gobierno de Jalisco descuidó la industria artesanal a comienzos de 1990, tanto así que puso en riesgo a muchas familias dedicadas a este oficio. La periodista Silvia Anguiano hace una fuerte crítica ante la postura del gobierno: |
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Mientras en Jalisco quieren echar al bote de la basura lo tradicional, existen países altamente desarrollados como Japón, que se afanan de seguir elaborando sus tazas paa el thé, de la misma forma que lo hacían cientos de años antes del Nacimiento de Cristo y consideran a sus maestros artesanos como “Monumentos vivientes”. (Anguiano, 1994, p.5-A). |
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Al verse desprotegidos sin una ley que los amparara y asegurara sus ventas; dejó que los propios hijos de los alfareros tomaran otro camino, es decir, “los jóvenes ante las cuitas a que se tiene que enfrentar el artesano para salir adelante, está optando por cualquier otra actividad, menos la de sus progenitores” (Guerrero, 1991, p. 1C). Ante esta problemática, se sigue llevando en pleno siglo XXI, con la familia Pajarito, en donde los nietos de Nicasio han dejado por el momento pensar e>n el barro. Otro factor que ha llevado a una posible desaparición de la tradición en Tonalá como en San Pedro Tlaquepaque, es a causa del crecimiento de la mancha urbana. El crear fraccionamientos, edificios y comercios en áreas ex profesas de minas de arcilla. Esto ha provocado escases de barro para estos artesanos (El Informador, 1986, p.2-C). La demanda de construcción provocó que las ladrilleras tomaran la materia prima de los artesanos que también es un componente importante para la creación de ladrillos. Los artesanos se han visto en la necesidad de manifestarse argumentando que no apoyan los ayuntamientos el desarrollo artesanal: |
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Lamentablemente por ignorancia y falta de voluntad los ayuntamientos de la zona metropolitana de Guadalajara no apoyan el desarrollo de más 70 mil artesanos; no cuentan con organismos, políticas o regidurías que fomenten la creatividad y la producción. Por eso los artesanos de todo tipo son víctimas de la explotación oficializada, trabajan en los hogares y talleres clandestinos con primitivos y ancestrales sistemas que no les permiten ser competitivos ante la modernidad de la competencia internacional. (El Informador, 1994, p.1-C). |
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Ante esta alarmante situación de desamparo, al no contar con una ley que los abrigue, el gobierno se vio obligado ocho años después a crear la Ley de Promoción y Desarrollo Artesanal del Estado de Jalisco, por parte del gobernador Lic. Francisco Javier Ramírez Acuña; con la intención de salvaguardar el patrimonio tangible de la tradición alfarera. Durante la década de los noventas del siglo pasado. Los artesanos de Tonalá como de San Pedro Tlaquepaque, se vieron amenazados con la entrada del Tratado del Libre Comercio. El país de Indonesia como la República de China, fueron beneficiados con la exclusión del pago de los impuestos de Aranceles. Esto trajo consigo un problema grande para los alfareros. La competencia desleal ante la cerámica regional tapatía contra un producto a muy bajo costo. La sociedad tapatía prefirió comprar productos de uso doméstico a un costo más económico y duradero como el plástico. Ante esto, en el periódico se destacó la crítica hacia el consumidor regional diciendo lo siguiente: |
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[…] actuamos con un esnobismo fatuo y damos luego en buscar artefactos de adornos traídos de otras partes, rebuscamientos decorativos que vimos en una revista extranjera, objetos de otras culturas para darnos tono de afectada modernidad. Lo peor sucede cuando respondiendo a un afán por despreciar lo nuestro y preferir lo ajeno (El Informador, 1992, p.4-A). |
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A pesar de estar en un mundo económicamente globalizado, la sociedad tapatía en pleno siglo XXI, desconoce lo que se produce en estos municipios alfareros entre ellos jóvenes y adultos. Ante toda adversidad, los alfareros siguen resistiendo porque consideran que: | ||||||||||||
La artesanía es un arte y como tal es individualista y representativo de unos pocos que luchan por mantenerlo vigente ante las producciones en serie que todo imitan, acorrientan y sustituyen, arte que a toda costa trata de sobrevivir a los cambios de estos tiempos, gracias a la terquedad y tenacidad de esas manos creadoras que se resisten a pasar al catálogo de un inventario vencido. (Navarro, 1989, p. 3-C) |
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Hasta el momento, este tipo de consumo se sigue realizando. Los hijos de la familia Pajarito, como el caso de José Isabel, José y Pablo, con el cual se ha tenido más acercamiento. Sus ventas han sido muy escasas a pesar de poseer reconocimientos y premios por instituciones prestigiadas siguen esforzándose por mantener viva la tradición que Nicasio Pajarito les heredó. Por consiguiente, la información recolectada del INEGI desde 2003 hasta el 2018, más el censo personal realizado por este investigador en el 2016, junto con el padrón de la Casa del Artesano 2023, da muestra de lo preocupante que está la situación, no solamente para la familia Pajarito, sino también para todo el gremio de alfareros de las cinco técnicas de cerámica que se producen en Tonalá (Véase Grafica 1). Gráfica 1. Censo de alfareros de Tonalá, Jalisco
Conclusiones pesar de todo lo mencionado anteriormente, el alfarero se enfrenta en pleno siglo XXI, a seguir con la tradición los descendientes de muchos artesanos loceros. Esto pone en riesgo el oficio y la tradición milenaria. Para concluir, mostraré los factores que se han observado en la investigación de campo. La globalización y el Tratado de Libre Comercio han puesto en riesgo a este oficio, al no poder competir con los productos industriales de otros países, lo que ha provocado una posible aniquilación, al no ser valorados los productos cerámicos que se elaboran en el municipio de Tonalá, como lo son en los que se emplean las técnicas: barro canelo, bandera, bruñido, petatillo y figuras costumbristas/navideñas. Estas artesanías que la cultura mexicana se ha olvidado de ellas. El Gobierno del Estado de Jalisco ha tratado de salvaguardar la tradición de la fabricación de loza. La “Ley de Promoción y Desarrollo Artesanal del Estado de Jalisco” que se generó con el gobierno de Lic. Francisco Javier Ramírez Acuña en el año 2002, decretaba la protección de la cerámica que se produce en Jalisco (Gobierno del Estado de Jalisco, 2002). El documento muestra los acuerdos que se tomaron en la Asamblea y es en los tres primeros artículos donde lo anterior queda de manifiesto. El primero, habla del impulso a la economía y cultura, así como la protección de las artesanías como patrimonio cultural. El segundo, es una invitación al Instituto de la Artesanía Jalisciense junto con otros órganos a investigar y documentar el oficio de estos alfareros y a la vez a realizar eventos para su difusión. En el tercer objetivo, se destacan las iniciativas para la creación de causas para la comercialización de objetos artesanales, para lograr una economía rentable; la recuperación y salvaguardar de las manifestaciones artesanales propias del Estado bajo una gestión. Durante la gestión como gobernador por parte Lic. Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, ha implementado cambios y adecuaciones a esta Ley durante el 2015 (Gobierno del Estado de Jalisco, 2015). Entre ellas encontramos la integración del Instituto de la Artesanía Jalisciense al Gobierno del Estado de Jalisco, el cual había estado como un órgano independiente. En el artículo 54 (Gobierno del Estado de Jalisco, 2015, p. 30), en el cual se encuentra enmarcado “del Entorno Ecológico y la Actividad Artesanal”, manifiesta el apoyo a los municipios sobre “la protección y conservación” de los lugares en los cuales se encuentran la materia prima. Si se le suma a lo anterior, que el crecimiento de la mancha urbana desproporcionada, ha propiciado que las constructoras de viviendas se asienten en áreas en donde se concentran las grandes betas de la materia prima, medio de subsistencia de todos los loceros de Tonalá, lo que ha provocado la pérdida de los bancos de barro. En donde la única solución de enfrenar tal extinción de esta tradición, es por medio del decreto, del cual no se había tomado en cuenta desde su creación en las administraciones del gobierno del Lic. Francisco Javier Ramírez Acuña en el año 2002, de estos dos factores: el aumento de fraccionamientos y centros comerciales. Aunado a esto, se puede exponer un tercer componente que abone a la perdida de los yacimientos de arcilla, esto es, las ladrilleras que continuamente necesitan de esta materia para crear su producto. Ante esto, Pablo Pajarito Fajardo (comunicación personal, 2 de febrero de 2016) expresa su preocupación ante la pérdida de las vetas de los pigmentos para el decorado de las piezas: |
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Referencias Águila, N. M. (19 de marzo de 2003). La herencia manual traducida en obras de arte. El Informador, p. 2-D. Anguiano, S. (21 de junio de 2002). El lenguaje de la loza canela. Oficio con sabor a barro el de Nicasio Pajarito. El Informador, p. 2-D. Anguiano, S. (16 de febrero de 1994). Réquiem a la tradición. El Informador, p. 5-A. Camarena, E. F. (6 de noviembre de 1966). ¡Hace cincuenta años!. El Informador, p. 3-C. Carrillo, N. J. (27 de marzo de 1972). El Museo Regional de la Cerámica. El Informador, p. 4-C. El Informador. (24 de febrero de 1922). La Conferencia del Dr. Atl en la Universidad Popular. El Informador, p. 3. El Informador. (16 de febrero de 1970). Éxito Absoluto del Mercado Popular. El Informador, p. 1-C. El Informador. (6 de noviembre de 1970). Todas las Poblaciones que Recorre Orozco Romero, Solicitan lo mismo. El Informador, pp.1-A, 3-A. El Informador. (25 de enero de 1971). La Tendrá Jalisco a Partir de Este año. Una Participación en el Comercio. El Informador, pp.1-C, 4-C. El Informador. (10 de octubre de 1973). Jalisco Vende Artesanías por $300 Millones al año. El Informador, pp. 1-C, 2-C. El Informador. (6 de febrero de 1986). Demandan ayuda efectiva los artesanos de barro tonaltecas. El Informador, pp. 1-C, 2-C. El Informador. (29 de febrero de 1992). Las señales del barro. El Informador, p. 4-A. El Informador. (17 de agosto de 1994). No apoyan los ayuntamientos el desarrollo de las artesanías. El Informador, pp. 1-C, 7-C. Gobierno del Estado de Jalisco. (19 de marzo de 2002). Ley de Promoción y Desarrollo Artesanal del Estado de Jalisco, Periódico Oficial del Estado de Jalisco, pp. 3-16. https://docs.mexico.justia.com/estatales/jalisco/ley-de-promocion-y-desarrollo-artesanal-del-estado-de-jalisco.pdf Gobierno del Estado de Jalisco. (17 de diciembre de 2015). Ley de Promoción y Desarrollo Artesanal del Estado de Jalisco, Periódico Oficial del Estado de Jalisco, pp. 5-37. https://transparencia.puertovallarta.gob.mx/transparenciaY/normatividad/leyes/estatales/actualizacion0623/Ley%20de%20Promoci%C3%B3n%20y%20Desarrollo% González, E. A. (2010). Del arte funcional, al arte como belleza. Artesanías una fusión de vida y cultura. 45 Aniversario de la Casa de las Artesanías de Jalisco. Guadalajara, México: Gobierno de Jalisco/Secretaría de Promoción Económica/Instituto de la Artesanía Jalisciense. pp. 27-56. González, Y. (1988). Etnología o etnohistoria. La etnología: temas y tendencias. I Coloquio Paul Kirchhoff. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México. pp. 49-58. Guerrero, R. M. (4 de agosto de 1991). Al rescate de la autenticidad en la artesanía tonalteca. El Informador, p. 1-C. Hernández, I. (2 de febrero, 2016) comunicación personal con Pablo Pajarito Fajardo, 2 de febrero de 2016 Hernández, I. (9 de marzo, 2016) comunicación personal con José Isabel Pajarito Fajardo, 9 de marzo de 2016 Hernández, I. (3 de noviembre, 2016) comunicación personal con Nicasio Pajarito González, 3 de noviembre de 2016 Marín, I. (1960). Alfarería. Tonalá, Colección Jalisco en el Arte. Guadalajara, México: Promoción y Planeación S.A. Navarro, L. R. (13 de septiembre de 1964). Casa de las artesanías de Jalisco. El Informador, p. 1-C. Navarro, L. R. (22 de julio de 1989). Pórtico. El Informador, p. 3-C. Olivera, A. (1988). La historia y la tradición oral. La etnología: temas y tendencias. I Coloquio Paul Kirchhoff. Ciudad de México, México: Universidad Nacional Autónoma de México. pp.157-170. Rangel, J. (29 de junio de 2002). XXVI Premio Nacional de la Cerámica. Galardón a manos artesanas. El Informador, p. 1-D. Sandoval, G. L. (13 de febrero de 1983). Noticias del Viejo Tonalá. El Informador, p.4-C S/A. (6 de mayo de 1972). Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas. Diario Oficial.http://www.unesco.org/culture/natlaws/media/pdf/mexico/mexique_ley_federal%20_monumentos_1972_esp_orof.pdf Zuno, J. G. (1957). Las artes populares en Jalisco. Guadalajara, México: Ediciones Centro Bohemio. |
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[1] Documentos personales mostrados por Nicasio Pajarito. |
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Universidad de Guadalajara Departamento de Filosofía / Departamento de Letras |
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