ISSN: 1562-384X
Año XXVIII / Número 86. Julio-Diciembre 2024
DOI: 10.32870/sincronia
Revista semestral de Filosofía, Letras y Humanidades  
       

La figura del fantasma como motivo para lo fantástico
en dos cuentos de María Elvira Bermúdez.

The figure of the ghost as a motif for the fantastic
in two short stories by María Elvira Bermúdez.

   
                  DOI: 10.32870/sincronia.axxviii.n86.15.24b    
 

Joel Alonso Luna Mendoza
Doctorado en Educación Artes y Humanidades. Universidad Autónoma de Chihuahua.
(MÉXICO)
CE: jlunam@uach.mx
https://orcid.org/0000-0002-9310-142X

Nelson Solorio Talavera
Escuela de Antropología e Historia del Norte de México.
(MÉXICO)

CE: Nelson.sol.tal@gmail.com   
https://orcid.org/.0000-0003-1187-2229


       
                  Recepción: 11/04/2024 Revisión: 05/05/2024 Aprobación: 27/05/2024    
 

Cómo citar este artículo (APA):

En párrafo:
(Luna y Solorio, 2024, p. _).

En lista de referencias:
Luna, J.A. y Solorio, N. (2024). La figura del fantasma como motivo para lo fantástico en dos cuentos de María Elvira Bermúdez. Revista Sincronía. XXVIII(86). 292-3134 DOI: 10.32870/sincronia.axxviii.n86.15.24b

 

Resumen.
En el presente trabajo se presenta una aproximación a parte del corpus cuentístico de María Elvira Bermúdez, específicamente en su incursión al género fantástico. Para ello se presenta una revisión de los cuentos “El regreso” y “El inútil velorio” de la escritora mexicana, con un enfoque en la figura del fantasma como el motivo para lo fantástico. Se pretende abordar la función del fantasma, así como su posible sentido simbólico en torno a la idea del regreso. Para dicha tarea se utilizó la lectura dirigida que permite un acercamiento profundo a elementos específicos del cuento.

Palabras clave: Literatura. Fantástico. Cuento. Regreso.

Abstract.

This paper approaches part of the literary corpus from the writer María Elvira Bermúdez, specifically her incursion on the fantastic genre. In order to do so a review of two short stories by the Mexican writer, “El regreso” and “El inútil velorio”, is presented, focusing on the figure of the ghost, as well as its possible symbolic meaning around the idea of the return. Such task was done under the aimed reading technique, which allows a deeper approach to specific elements of a short story.

Keywords:Literature. Fantastic. Short story. Return.

   
               
 
 

Introducción
María Elvira Bermúdez nació en Durango, México, alrededor del año 1916, fue cuentista, novelista y ensayista. Se le conoce por su producción narrativa policiaca, así como sus aportes a la crítica y teoría literaria. Una de sus obras más conocidas es Diferentes razones tiene la muerte (1953), novela que se adscribe como parte del acervo de la literatura policial. En 1985  publica la antología de cuentos “Muerte a la zaga” en donde presenta al personaje de María Elena Morán quien aparece en tres relatos “Precisamente ante sus ojos”, “Las cosas hablan” y “Detente sombra”, siendo la primer detective mujer en las letras latinoamericanas. A pesar de la relevancia de la escritora dentro del género policial, es importante destacar que también incursionó en el género fantástico, ejemplificado en su libro de cuentos Alegoría presuntuosa (y otros cuentos), el cual será revisado en el presente trabajo.

Cabe destacar que la autora fue una defensora de los derechos de las mujeres, se sabe que fue promotora del derecho al voto de la mujer en México y llegó a ser la primera mujer en graduarse de la Escuela Libre de Derecho. Por lo que no sorprende que en su obra destaquen los personajes femeninos protagónicos e insumisos. La escritora trabajó para la editorial Porrúa prologando las obras de autores como Edgar Allan Poe y Julio Verne, publicaciones que aún en la actualidad pueden encontrarse con facilidad. Sin embargo, el resto de la producción literaria de Bermúdez tuvo una suerte dispar, y por lo general ha sido escasamente publicada y promovida. Ejemplo de esto son las ediciones de su antología “Muerte a la zaga” que se publica en 1985 y se reedita para el tiraje de Lecturas mexicanas un año después, para reaparecer sólo hasta el año 2013 en Cuentos presuntamente completos, Jesús Alvarado, en “Los cabos sueltos: La cuentística de María Elvira Bermúdez” de dicha antología y sobre la difusión de la obra de Bermúdez, señala que:


     

Encontrar sus libros no es tarea fácil; salvo la edición de Muerte a la zaga en la colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica (FCE), sus libros fueron publicados en tirajes menores y no ha habido mucho interés por recuperar la obra de una de las escritoras que ha recibido mayores elogios en el ámbito nacional, en un tiempo y en un campo aún adversos para la figura femenina. (2013b, p.9).


 


Con frecuencia se considera una autora de literatura policiaca, ya que es una impulsaron la novela de este género en México, sin embargo, su obra también es rica en aproximaciones a lo fantástico. En este trabajo nos centraremos en este otro modo de su obra que consideramos menos explorado, para ello proponemos la revisión de un par de textos tomados de segundo libro de cuentos Alegoría presuntuosa (y otros cuentos), el cual consta de 26 relatos, seccionados en 7 segmentos. Acerca de los relatos, esta revisión se enfocará en la figura del fantasma como motivo central para la representación de la angustia.

Sobre los cuentos que conforman Alegoría presuntuosa (y otros cuentos), Laura Cázares, en “Los demasiados cuentos 1970-1973”, comenta acerca de la diferencia entre la usual línea de interés de Bermúdez, el género policial, y su tránsito por otros géneros, incluidos los irrealistas, centrándose en la antología:

     

A diferencia de otros libros de la autora, que se centran en la temática policial, éste se construye con una gran diversidad de temas: las relaciones fallidas de pareja, que se mantienen aún después de muertas; los fantasmas, que parecen seguir aferrados al espacio de los mortales; la recreación de experiencias de personajes que provienen de otros textos literarios, los de Julio Verne, por ejemplo; los sucesos extraños, que pueden ocurrir al viajar por el extranjero, el deseo de trastocar la cotidianeidad, sin lograrlo. (2004, p.158).

 


Es importante destacar que, al momento de la búsqueda de información para este trabajo, fueron pocas las fuentes bibliográficas encontradas que hicieran referencia a la obra de Bermúdez. Y de entre tales textos revisados la mayoría aborda a la autora en su vertiente policiaca, ignorando otros géneros en que la creatividad de Bermúdez incursionó de manera notable, como lo es el fantástico.

Cabe destacar que la antología de cuentos ha tenido poca visibilidad en el mundo editorial, al momento de llevar a cabo la presente revisión sólo se encontró que dicha antología se ha publicado en dos ocasiones: en 1971 en una primera edición a cargo de la editorial Federación Editorial Mexicana, mientras que una segunda edición se imprime en el 2013 gracias al Instituto de Cultura del Estado de Durango, en una antología titulada Cuentos presuntamente completos. Es interesante destacar que hay cuarenta y tres años de diferencia entre los tirajes de la obra, la literatura de Bermúdez no ha sido promovida como la de otros autores y autoras de nuestro país e incluso es menos conocida su obra fuera de lo policiaco, ya que generalmente se le asocia a dicho género por sus aportes a la narrativa, crítica y teoría de este.

Acerca de lo fantástico, Alvarado enfatiza en que, si bien la autora dedicó gran parte de su producción al género policiaco, lo fantástico formó parte de los géneros que desarrolló en su propuesta narrativa. Y la propia Bermúdez sobre sus historias dijo: “‘he intentado el procedimiento criminológico luego en dos más he echado mano de elementos fantásticos’” (Bermúdez, 1987, citado por Alvarado, 2013a, p.29). Aunado a sus propios cuentos, en 1986 Bermúdez creó una de las primeras antologías sobre el fantástico en México, Cuentos fantásticos mexicanos (1986),en donde incluyó historias de Amparo Dávila, Juan José Arreola, Elena Garro y Francisco Tario, entre otros.

Aunque se ha tratado y divulgado mayormente su aportación al género policiaco, resulta innegable que el género fantástico forma parte del corpus literario de la escritora. Sobre el tránsito de Bermúdez en la vena fantástica, Sara Poot Herrera (2021), en “Alegorías fantásticas de María Elvira Bermúdez”, hace hincapié en la forma en la que la imposibilidad frente a la realidad logra que la narrativa no realista de la autora se enfoque en claras alusiones a situaciones reales a través del uso de lo insólito, dotando a sus relatos de trasfondos que van más allá de lecturas superficiales.

Pretendemos, entonces, revisar los elementos fantásticos en María Elvira Bermúdez para promover esa parte de su producción, ya que es una narrativa compleja y profunda, dotada de elementos de irrealidad que se ajustan a las pautas del género, y a su vez buscamos resaltar aquellos elementos reiterativos y de interés como la figura del fantasma que se presenta en varios de sus cuentos. Para ello, nos centraremos en dos relatos específicos; “El regreso” y “El inútil velorio”, en los cuales se presentan elementos fantásticos vinculados a figuras fantasmales que asedian la normalidad de los universos narrativos. Para lograr lo propuesto, se llevará a cabo una lectura dirigida, como propone Lauro Zavala (2004), en Cartografías del cuento y la minificción, pues ésta nos permitirá enfocarnos y analizar un elemento en específico, en este caso la figura del fantasma. La lectura dirigida es en donde:

[…] el lector se concentra en un fragmento del cuento, es decir, en una escena clave, en una conversación crucial, en el establecimiento de un tema, en el párrafo inicial o en la frase inicial del cuento. La lectura dirigida exige prestar atención a los detalles y a fragmentos mayores, y permite señalar lo que no es evidente en una primera lectura: un tema colosal sugerido por un detalle o una importante clave sugerida por una palabra. (2004, p.13).


Se buscará dar sentido a las posibilidades de significación del fantasma como figura de relevancia para el desarrollo de los cuentos “El regreso” y “El inútil velorio”, haciendo una revisión de su función en la obra y en el aspecto simbólico que podría existir alrededor del mismo.

A partir de la lectura dirigida, propuesta por Zavala, se revisará la figura del fantasma en los cuentos seleccionados de María Elvira Bermúdez, para dicha lectura se tomaron algunas categorías específicas que permiten una interpretación amplía sobre lo fantástico y lo fantasmal en Bermúdez.

En el capítulo “Elementos para el análisis del cuento”, Zavala formula una cartografía categórica de la cual tomaremos las siguientes categorías con fines analíticos; el título (sus anclajes a la narración), el inicio (la relación entre el inicio de la historia y su final), Narrador (en cuanto a la focalización de la atención), personajes (los conflictos interiores y exteriores, la evolución moral de la figura protagónica), el género (en cuanto a la estructura de las historias y sentido simbólico) (2004, p.14-17).

Consideramos que los elementos de análisis propuestos por Zavala permiten una revisión de la figura del fantasma en “El regreso” y “El velorio inútil”, lo cual nos facilita indagar en la función y posibles significados que conlleva. Se busca, entonces, abordar la narrativa de Bermúdez desde la perspectiva del cuento fantástico y, a su vez, ahondar en la idea del regreso como uno de los aspectos reiterativos y articuladores para el fenómeno fantástico dentro de estas historias.

Breve conceptualización del género fantástico
Para emprender el análisis que nos proponemos, es necesario establecer una definición del género fantástico, al menos de manera breve adecuada a los alcances de este artículo. Es por eso que aquí se hace una aproximación al género en aras de comprender de qué forma se adscriben los relatos de Bermúdez a la vena fantástica.

Antes de comenzar con algunas revisiones teóricas acerca del género es interesante presentar la forma en la que la misma autora lo definía: para Bermúdez “Puede deducirse que el procedimiento para crear literatura fantástica consiste en invertir los términos de una situación: lo inmaterial se materializa, se concreta en lo abstracto, se da vida a lo inerte y todo ello se humaniza.” (1986, p.34). Se puede indagar que para la duranguense lo fantástico es aquello naturalmente imposible, lo que transgrede las normas establecidas dentro de la cotidianeidad en lo narrativo. Además, para Bermúdez, lo fantástico puede existir sin provocar terror o espanto, mostrar un hecho inverosímil que, aun causando disrupción, no intenta generar dichas emociones.

Aunado a la definición de la autora para este trabajo se comprenderá también a lo fantástico desde las propuestas de Ana María Barrenechea (1972), en Ensayo de una Tipología de la Literatura Fantástica (A propósito de la literatura hispanoamericana), y Omar Nieto (2016), en “El sistema de lo fantástico: la quintaesencia de la literatura”.

Acerca del género Barrenechea establece que:


 

[…] la literatura fantástica quedaría definida como la que presenta en forma de problema hechos a-normales, a-naturales o irreales. Pertenecen a ella las obras que ponen el centro de interés en la violación del orden terreno, natural o 1ógico, y por lo tanto en la confrontación de uno y otro orden dentro del texto (1972, p.2).


De donde se podría proponer, entonces, que lo fantástico establece dos realidades, la primera que se establece como el orden natural, ordinario, comprensible y real, mientras que la segunda, presenta elementos no naturales que causan un quiebre en el primero a partir del hecho fantástico, representado en situaciones en donde lo irreal se hace presente resquebrajando el orden natural establecido.

Acerca de lo fantástico, Omar Nieto (2016) comenta que: “Lo fantástico se manifiesta cuando se pone en marcha un estado familiar de cosas en el que hay una intrusión de lo no natural” (2016, p.20). Es decir la intromisión del elemento no familiar, generalmente de índole sobrenatural, se sobrepone a la naturalidad propuesta dando lugar a lo irreal, a lo fantástico.

Como última concepción del género se optó por la propuesta de David Roas (2008), en “Lo fantástico como desestabilización de lo real: elementos para una definición”, en donde alude a que:

   
[…] lo fantástico exige constantemente que el fenómeno descrito sea contrastado tanto con la lógica construida en el texto como con esa otra   lógica   —también   construida—   que   es   nuestra   visión   de   lo   real.   La   narración   fantástica   siempre   nos   presenta   dos   realidades   que   no   pueden   convivir (2008, p.112).


En conclusión, en este trabajo y vinculado a los cuentos de Bermúdez, se revisara lo fantástico entendido como el elemento disruptor o desestabilizador de lo cotidiano, presentado a través del uso de eventos o entidades, para esta revisión se optó por poner la atención a las figuras fantasmales en “El regreso” y “El inútil velorio”.

El fantasma como motivo literario
 Para la autora de los motivos más reiterativos e importantes dentro de la vena fantástica son la muerte, el diablo, los cadáveres vivientes y lo fantasmas. Estos últimos se ajustan a las pautas del género por su condición inverosímil, por integrarse dentro de la cotidianeidad desde su existencia imposible.

Bermúdez, entonces, toma el motivo del fantasma y lo desarrolla en las dos historias aquí exploradas. Para la autora, en Cuentos fantásticos Mexicanos, los fantasmas hacen de:

   
[…] menester de testigos e intérpretes y disponen de una gama muy variada de móviles para regresar al mundo; y en esto último se distinguen de las almas en pena, están limitadas a una sola función. Se diferencian asimismo unas y otros en que los fantasmas se van marcando paulatinamente el cambio de lo objetivo a lo subjetivo; y ahí, en el campo de lo subjetivo aparecen todavía otros muertos singulares. (1986, p.28).


Entendiendo que la figura del fantasma toma conciencia de sí mismo, distinta al alma en pena, es, entonces, un ser que intencionadamente regresa y convive de manera activa en la cotidianeidad de la narración.

Para describir de forma más concisa al fantasma se recurrió a su vez, al Diccionario Ideológico de la lengua española de Julio Casares (1985) en donde se define de manera sintética la figura del fantasma:
   

*fantasma. m. Visión quimérica, como la que ofrecen los sueños o la imaginación acalorada. || *Imagen de un objeto que queda impresa en la fantasía. || fig. Persona *orgullosa, grave y presuntuosa. || f. Espantajo para asustar a la gente sencilla. (1985, p.383).



De dicha concepción se hará énfasis en la idea de la función fantasmal para aterrorizar a las personas. Ya que en los cuentos de Bermúdez uno de los aspectos de los personajes fantasmales es el crear miedo, de manera consciente e inconsciente.

Por último, acerca del fantasma, es también necesario revisar su función en el ámbito literario para lograr un mayor entendimiento de esta en la narrativa de Bermúdez. Para esto se llevó a cabo una revisión de diversas fuentes en donde se estudia a dicha figura. Sobre el fantasma Ricardo Román (2007), en “Javier Marías, cuando el fantasma hace literatura”, propone que “El fantasma es la representación literaria más angustiosa de una persona que desea ser escuchado desde el otro lado, allá donde las cosas parecen mejores; pero el fantasma padece, sufre y se congoja de igual manera por lo que ve, siente y escucha” (2007, p.156). Se puede entender que en dicha concepción se alude a las necesidades del fantasma, a los deseos después de la muerte y las razones para volver al mundo de los vivos y coexistir con ellos.

Acerca de los motivos para la existencia y retorno de aquellos que han muerto, y vuelven como fantasmas, María Angélica Semilla (2018), en “Fantasmas: el eterno retorno. Lo fantástico y lo político en algunos relatos de Mariana Enríquez”, hace una revisión de la figura del fantasma y propone que:


   

[…] la presencia del muerto vivo, del ausente/presente o de la huella latente del que ha sido sin dejar totalmente de ser, no es una pura creación del imaginario, sino una realidad que irrumpe en la vida cotidiana con su carga de incongruencia y angustia (2018, p.267).


Los fantasmas, según la autora, se forman, o existen, a partir de sentires de incompletud e incertidumbre, que los llevan a un retorno necesario.

Es dicho retorno uno de los temas recurrentes en ambos cuentos, así como el sentimiento de angustia y arrepentimiento mostrado en las descripciones y diálogos de los mismos fantasmas en las historias. Ambos relatos presentan a figuras fantasmagóricas que comparten rasgos, pero a la vez se distinguen por aspectos específicos como las razones para su retorno, es decir si bien la función en ambas figuras es similar, la forma en la que se desarrollan e interactúan dentro del universo narrativo es distinta.

El fantasma en María Elvira Bermúdez
A continuación, se resumen de forma breve los dos relatos seleccionados, “El velorio inútil” y “El regreso”, se toman de la antología Alegoría presuntuosa (y otros cuentos), encontrados en la obra Cuentos presuntamente completos de María Elvira Bermúdez.

“El inútil velorio” es un breve relato sobre la agonía, la muerte y el extraño regreso a la vida de una madrastra. Comienza con una descripción ambiental de la casa, penumbrosa y lúgubre, caracterizada de inmediato como un espacio de angustia y luego de luto. Es posible afirmar que la narración tiene un tono funerario. Matizado con la pronta revelación de que la protagonista, la hijastra de la moribunda, espera su muerte con esperanza, como una liberación. Se explica que la muchacha odia a su madrastra, primero simplemente por ser una “intrusa” y después por ser una mujer represora y que le infringía abusos y maltratos que podemos llamar verbales y psicológicos.

Después se habla de la muerte del padre enterrado en una “ataúd lujoso” por concesión de la madrastra. Con este hito, el papel de la intrusa sobreviene sobre la hija, quien queda sometida al luto, a la obediencia y al odio silencioso hacia la madrastra, quien parece ser una mujer dominante. Planteada la situación desesperada de la huérfana, el relato nos regresa a su tiempo presente, en el que espera la muerte de la madrastra. Especula sobre lo que sentirá, si será consciente de su vida egoísta, y se le depara un encuentro con “El Malo” o con el Todopoderoso, y se le ve agonizar, abrir la boca y retorcerse. Sigue una descripción de la muerte en la que se es difícil distinguir el estado anímico de lo que ocurre en el ambiente: “Una racha helada invade sus arterías, mil sombras bailan a sus espaldas; susurros irónicos, llantos quedos, salen de los rincones, del techo, del suelo […]” (Bermúdez, 2013, p.46). Es importante notar aquí el asomo de lo fantástico, ya que la joven está sola sin embargo hay susurros y llantos que brotan de la casa misma. Tras el fallecimiento, la muchacha no soporta la ausencia de la madrastra y corre a buscar a alguien. Llegan las vecinas y se realiza el velorio, rezan toda la noche, la solemnidad oculta la sensación de liberación y alegría de la muchacha que ya es dueña señora de su propia casa.

Tras el velorio, la muchacha se aproxima al cadáver en un estado febril y tiene una especie de diálogo breve con la muerta. Que se explica como un delirio en que escucha palabras en su cabeza que le atribuye a su madrastra. Esta explicación parece ponerse en duda más adelante cuando, después de que la muchacha busca en el desván dinero que guardaba la vieja, regresa y encuentra la escena plenamente fantástica del cuento, en la que el fantasma de su padre dialoga con la madrastra. La joven presencia el diálogo entre fantasmas y sobreviene el final del cuento, en el que la madrastra vuelve a la vida, ya no como fantasma sino en su propio amortajado cuerpo.

El relato “El regreso” cuenta una historia, en una primera vista corta, en donde la narradora nos muestra la forma en la que vive y se relaciona con su exmarido y la nueva esposa. Durante la narración nos damos cuenta, a través de las acciones que se nos describen, que la primera esposa, la narradora sin nombre, ha muerto. Es su fantasma quien nos permite adentrarnos en las problemáticas que vivió durante su matrimonio, mismas de las que es testigo en el presente de una repetición de sus vivencias con el exmarido y la nueva esposa, el tono de la historia es sombrío, pero cálido a la vez pues la fantasma nos muestra los sentimientos que aún tiene por su exmarido, la necesidad de ayudarle que se refleja en hechos sobrenaturales para la nueva pareja, y comprendemos que la decisión de revivir las memorias de forma interminable es propia, la introspección en lo que la narradora hubiera hecho y lo que no nos deja aproximarnos a sus sentires, a la angustia, soledad y culpa que la atan al hogar.

Aproximación a “El regreso” y “el velorio inútil”
Acerca del título y sus anclajes
Como es de esperarse, las historias de Bermúdez comparten rasgos en común. Entre tales rasgos, llama la atención el tema del regreso, con sus distintas variantes y matices, incluyendo la posibilidad de regreso de la muerte, frecuentemente imbuido en personajes fantasmagóricos, entre los cuales hay convergencias y divergencias que son de interés para este trabajo. Si bien el cuento, “El regreso”, tiene un título que alude a esta idea de manera directa, es necesario considerar que no hace referencia solamente al regreso de la esposa fallecida, sino que desde el título existe, como lo propone Zavala, un anclaje con el resto de la historia, desarrollado en la esposa fallecida y su reminiscencia del pasado.

Cuando al lector se le revela que es un fantasma quien narra la historia es también descrita la razón para el mismo “Pero, he regresado. Porque ahora comprendo. No por un imperativo ajeno a mi albedrío que me confirme el sitio donde más gocé y donde más sufrí, sino por un acto de mi libre y soberana voluntad” (2013, p.56), la mujer que regresa lo hace por su voluntad, a pesar de los recuerdos tormentosos que tiene del hogar y del marido, el objetivo de dicho regreso es el intento de enmendación de aquellos errores que tuvo en vida durante su matrimonio, más no existe, según la narración, dicho reparo:


   

Estoy sentenciada a vagar por las noches en el departamento, a ir y venir entre las sombras, a provocar ruidos siniestros, a seguir de cuando en cuando como girón de niebla en la penumbra, porque sólo soy un pobre, aunque genuino, fantasma. (2013, 58).


El título hace hincapié en el retorno, y se ata al final al permitirnos comprender que si bien la mujer ha vuelto, no puede avanzar y está en una condena eterna a causa de su decisión de volver. Entonces el regreso se nos presenta como una condena.

En cuanto a “El inútil velorio” el título se vincula directamente con el desarrollo de la historia, funciona como un presagio, pues deja en claro la existencia de un velorio y la inutilidad de este. El velorio se entiende como un acto de despedida, si es inútil como indica Bermúdez, entonces su función es inversa, pues la despedida del ser querido que fallece es en vano, indicando que de alguna manera dicha persona no muere, o, en el caso del cuento, regresa. En la historia es la madrastra de la protagonista quien muere y de ahí se vuelve necesario el ritual de velar el cuerpo y de llevar a cabo un velorio “Incapaz de comprender el drama o el sainete que aquella agonía entraña, la muchacha mira sobrecogida cómo la mujer ladea la cabeza, abre la boca y queda inmóvil” (2013, p.46), la hijastra esperaba con ansías la muerte de su madrastra, pero se preocupa por dar un velorio aún mejor que el que tuvo su propio padre:
   
[…] se acerca a la madrastra y más con el pensamiento que con las frases serviles de costumbre, le pregunta si su entierro debe ser igual al del padre. Claramente surge en su mente este vocablo: Mejor: “La soberbia mujer querrá, sin duda, un entierro mejor que el del padre” (2013, p.47).


En el hogar, con el cuerpo en vela de su madrastra, la joven es testigo del regreso fantasmal de su padre y su madrastra, esta última se niega a ir al Más allá “'No. Yo no puedo rebajarme ante nadie. Yo no puedo abandonar lo mío.'” (2013, p.48), y es este último acto, el capricho que hace que la madrastra retorne al mundo de los vivos “La madrastra se rebulle en el lecho y con la rapidez de una pesadilla que comienza, grita: '¡Quítenme esta mortaja! ¡Quítenmela! He decidido no morir'” (2013, p.48), es en ese momento que el rito del velorio pierde su función, la presunta fallecida ahora vive de nuevo, relacionándose con el título de la historia.

Sobre el inicio de las historias
Acerca del inicio de las historias nos enfocaremos en tres subcategorías de la propuesta de Zavala; la función estructural o relación con el final de la historia, la primera frase y su función narrativa y lo que Zavala denomina intriga de predestinación, entendido como la anunciación del final (2013, p.16). Al centrarnos en dichos elementos del inicio podemos indagar en la función de este, y en los elementos que plantea el arranque y que se desarrollan a lo largo del relato.

En cuanto a “El regreso”, el párrafo inicial arranca con un tono confesional diciendo “Me duele que no me escuches” (2013, p.56). Y esto marcará el tono angustioso de todo el relato, y también da una pauta para una interpretación alrededor del problema de la comunicación. También al inicio encontramos la siguiente reflexión por parte del personaje narrador:

   
No puedo explicarte, cara a cara, cuánto deploro aquella separación, ni cuán dispuesta estuve a evitarla, por poco que para ello tú hubieras puesto de tu parte. No puedo decírtelo de viva voz. La palabra hablada, por lo demás, siempre fue inepta para expresar la verdad. Es en lo que escribimos donde volcamos nuestros pensamientos más sinceros y nuestras emociones más recónditas. (2013, p.55).


Así pues, lo primero que encontramos es un narrador que declara su imposibilidad para comunicarse satisfactoriamente, situación que le resulta dolorosa. Esto se suma enseguida al tono de la historia que permea a lo narrado de una extrañeza e incertidumbre para el lector, aunado de una nostalgia y melancolía. La lectura comienza dejando en claro que, por alguna razón, quien narra no puede comunicarse con claridad, no es escuchada. La frase “No puedo decírtelo de viva voz” (2013, p.55), nos deja entrever que hay algo que interrumpe el proceso comunicativo, algo contundente crea esa imposibilidad. La voz narrativa, que luego entenderemos como un fantasma, hace alusión al final del cuento. Mientras, a lo largo del relato, la que la comunicación no culmina, no de manera fluida, siempre es truncada o contraproducente: solo existe un mensaje que intenta enviar la protagonista, ante cuyos intentos, la reacción del viudo es el espanto ante lo extraño y lo sobrenatural.

Acerca del “el inútil velorio” y su inicio, es interesante la adjetivación, pues alude a la tonalidad de la historia, la cual será sombría, inquietante y extraña. La referencia a una persona en cama de muerte dota a la narración de desesperanza, pues no da a entender que la madrastra vaya a sobrevivir, aún no se logra entrever la relación tormentosa que existe entre la protagonista, hijastra, y la madrastra agonizante. “La habitación en penumbra, silenciosa y quieta. La atmósfera pesada cercando su espíritu con la angustia de todas las esperas. La ventana oprimida por viejas y conservadoras persianas y allí, en el lecho acre, la madrastra muriéndose” (2013, p.45).

El inicio no presenta elementos sobrenaturales, no existen presagios más que aquel que indica la muerte de la madrastra. Aunque sí hay un anuncio de la muerte y un ambiente permeado por la agonía. Bermúdez nos da la imagen de un lugar opresivo, temática que se vuelve central en la narración al entender la relación entre la hijastra y la madrastra.

Y es en el segundo párrafo donde aparece el tema de la esperanza, que será una guía importante a lo largo de la narración “Los días tediosos reemplazaban a las noches lentas. La congoja sucedía al temor, pero en el silo obscuro de sus emociones, la esperanza brilló siempre como diamante perdido en el basurero.” (2013, p.45).

La esperanza contrasta con el ambiente sombrío y agónico que se venía presentando, y además es impulso que guía al personaje principal hasta el último momento de la narración.

Del narrador y la focalización
“El regreso” es una narración en primera persona, un monólogo interior relata la historia. El narrador es la esposa fallecida desde su condición de fantasma a una mínima distancia y con un alto grado de participación, ya que nos encontramos con una voz narrativa que es partícipe en la historia y relata la interacción que tiene con el exmarido y su nueva pareja:

   
Me tienes miedo. Cada vez que hago crujir el piso con mis pasos leves o que entorno una puerta que rechina, tú te sobresaltas. Cuando me acerco suavemente a tu cama y tomo asiento en ella, a tus pies, tú despiertas lleno de pánico y tratas de descubrirme en la oscuridad. (2013, p.45).


Como podemos ver, la narradora se dirige al personaje del marido. Y la participación de la protagonista narradora se da a través de intentos fallidos de comunicación, que para ella son normales mientras que para los vivos son episodios sobrenaturales que solo logran asustar al marido o instigar peleas entre este y su nueva mujer:

   
Moví la mesa. Mis fuerzas son tan escasas que no conseguí llamar su atención. Hice luego un esfuerzo humano, verdaderamente humano, y tiré el vaso que estaba sobre tu buró. Ella creyó que tú lo habías tirado. Es incapaz de concebir que yo pueda realizar algo por mí misma. Y mi esfuerzo tuvo un resultado contraproducente: arreció su mal humor y tú te sentiste cada vez más mal. (2013, p.56).


De manera indirecta y, al parecer, sin intenciones más allá de la necesidad de ayuda, la mujer fantasmagórica interactúa con el mundo natural y desde su perspectiva enfoca la historia en la reminiscencia de su vida de casada, en la nueva relación del marido y en su condición de fantasma. Sobre dicha condición la mujer hace hincapié en su adaptación a su nueva forma de existir, así como a lo que esto causa en ella: “Estoy sentenciada a ser el testigo constante de tus querellas y de tus desfallecimientos. De la ira de ella y de su vanidad.” (2013, p.58). “El regreso” presenta a una narradora nostálgica y condenada a la introspección, divagando sobre su actuar en vida y las consecuencias de este en su presente como espíritu anclado al hogar familiar.

Por su parte, el narrador en “el inútil velorio” presenta una historia contada desde una voz narrativa en tercera persona, no forma parte activa en los eventos que suceden, es un observador. Cuya omnisciencia le permite describir los sucesos extraños y las interacciones entre personajes. La focalización está en el personaje protagonista de la joven. De manera que se nos presenta el origen de su angustiante situación actual, la muerte de su padre y de su madre, y cómo quedó atrapada en una relación opresiva con su madrastra. Además, la joven es testigo de lo sobrenatural, los fantasmas son presentados desde su perspectiva y parecen estrechamente relacionados con su atormentado mundo interior.

También se puede afirmar que el narrador permite reconocer las ataduras de la madrastra a lo material, el repudio a la muerte y al encuentro con la madre de la hijastra, si bien es inexplicable la razón por la que regresa a la vida, la narración nos da a conocer la necesidad y razonamiento por el cual la fallecida se niega a ir al más allá.

De los personajes
“El regreso” presenta tres personajes, la mujer fallecida, el esposo y su nueva esposa, de estos tres personajes aquel que nos es presentado a profundidad es el fantasma de la primera esposa, pues es ella en quien se centra la atención. Y los otros dos son sólo presentados en la medida en que interactúan con ella, aun sin darse cuenta. Se puede decir que el personaje del fantasma es presentado con cierta realidad, mientras que los vivos son vagamente insinuados, como si se tratase de una situación invertida, en la que lo fantasmal adquiere preponderancia, mientras que los vivos en sus cuerpos materiales se desvanecen tras breves apariciones.

En esta interacción con los vivos es interesante notar una discordancia entre sus acciones e intenciones con la respuesta o consecuencia de estas, “Cuando me acerco suavemente a tu cama y tomo asiento en ella, a tus pies, tú despiertas lleno de pánico y tratas de descubrirme en la oscuridad, pero sin querer hallarme, sin intentar verme como soy.” (2013, p.57).

En ese acercamiento hay una intención de ayuda y comunicación de la fantasma al esposo, más la repercusión es el espanto del marido al sentir una presencia desconocida y horrorizarse, mismo que causa un sentimiento de conflicto en la protagonista, pues al querer enmendar sus errores en el pasado solo se da cuenta que no puede, que, atada al hogar familiar, es causa de miedo y resulta un martirio el revivir las memorias y ser testigo de la relación nueva del esposo.

La protagonista es portadora del conflicto en el relato, su condición de fantasma recoge los problemas de la incomunicación y de la impotencia, mientras su mundo subjetivo, sus emociones y reflexiones son dolorosamente lúcidas y entiende a la esposa nueva como una enemiga, y es por esto que se opone a ella, incluso intentando proteger al ex marido:

   
Ella, mi substituía, mi heredera, la que puede hablarte, quererte e incluso herirte, como yo tal vez lo hice a mi turno. Procuro hacer caso omiso de su presencia. Ella, por lo demás, me ignora. Sólo percibo sus actos y sus palabras cuando sospecho que esas palabras y esos actos están dirigidos en contra tuya. Y trato entonces de evitarlos. (2013, p.56).


Es desde su condición fantasmal que la protagonista intenta interceder en las peleas del hogar, pero sin éxito alguno. Dicha oposición solo existe para la protagonista pues la otra parte la ignora, o mejor dicho no nota la existencia de la misma. Mientras la evolución psicológica de la protagonista es casi inexistente lo que obtiene de todo es ser una testigo perpetua que por decisión propia ha de vivir en un hogar, que funge como un purgatorio, sin la capacidad de comunicación o de liberación.

Sobre “el inútil velorio” en cuanto a personajes Bermúdez presenta a tres que tienen un papel determinante dentro de la narración; la hijastra, la madrastra y el padre. Mientras que las viejas del pueblo actúan como facilitadoras del velorio y luego desaparecen. La hijastra, desde el inicio de la historia, muestra su odio a la madrastra, siendo esto un punto focal pues el conflicto y las emociones confusas como el miedo a estar sola y el odio a la madrastra causan confusión y angustia en la hijastra. Por otro lado, los conflictos externos tienen como combustible la mala relación entre las dos mujeres: “Era su deber ante Dios. Y la muchacha recibía correcciones y consejos con un silencio preñado de inútil rabia.” (2013, p.45), si bien en un principio el lector puede hacerse a la idea de que ese odio viene de un capricho, más adelante es descubierto que la madrastra hacía cosas en contra de la hijastra, como esconder las pertenencias de su madre:

   
Por el suelo rueda un retrato sin marco. La muchacha, llorosa y estremecida, reconoce aquella reliquia que durante tanto tiempo buscó en vano. Y acaricia con ternura las telas apolilladas, las cartas amarillentas, los libros deshojados y las flores marchitas que un día fueron trasunto de la personalidad materna (2013, p.47).


En esa pequeña escena se puede interpretar que las pertenencias de la madre habían sido escondidas por la madrastra, quizá en un acto de odio hacía su antecesora y al recuerdo vivo que es la hijastra, el conflicto entre las dos mujeres es claro e indisoluble.

La evolución psicológica de la protagonista tiene de catalizador la esperanza de verse liberada de la presencia de su madrastra, esperanza que deviene en angustia, y finalmente se apaga derrotada por lo inevitable, cuando la hijastra se resigna a volver a su posición en el hogar una vez que la madrastra vuelve a la vida, mientras que esta última no muestra arrepentimiento o cambio a su manera de tratar a la hijastra, regresa porque no quiere estar con la primer esposa en el Más Allá, y por su atadura a sus pertenencias en vida.

Acerca del género
El género al que se inscriben “El regreso” y “El inútil velorio” se puede proponer como fantástico, ya que no existe una explicación para los regresos de la muerte. Como David Roas (2008), describe que “lo fantástico se define y distingue por proponer un conflicto entre lo real y lo imposible (2008, p.103)” en el caso de la esposa fallecida en “el regreso” solo se nos permite saber que ha sido decisión de la misma el regresar, más no se explica el cómo, no se alude a algún ritual, a algún pacto, a alguna explicación para que se posibilite la condición fantasmal en el mundo natural.

En la propuesta de Bermúdez nos damos cuenta de la inversión de lo fantástico, es el ente sobrenatural quien nos permite ver la forma en que su actuar irrumpe con la naturalidad del hogar:


   
Estoy sentenciada a vagar por las noches en el departamento, a ir y venir entre las sombras, a provocar ruidos siniestros, a seguir de cuando en cuando como girón de niebla en la penumbra, porque sólo soy un pobre, aunque genuino, fantasma. (2013, p.58).


Al poner en focalización la perspectiva del ser fantástico y los estragos que causa en el contexto natural de los vivos, ese cambio en la estructura más convencional, en donde se nos muestra un espacio narrativo en donde se establece la normalidad para luego ser irrumpida por el hecho fantástico, por parte de Bermúdez muestra una creatividad e innovación descomunales, es extraño encontrar un relato que juegue con lo sobrenatural de dicha manera, sin embargo la autora duranguense lo logra de una forma excelsa.

“El inútil velorio” también puede ser clasificado como fantástico. Siendo una historia de fantasmas, incluso la historia de una “casa embrujada”, en la que el embrujo consta de la agonía. La situación de la casa y de sus habitantes está tan crispada y oscura que la aparición de los fantasmas parece una consecuencia lógica. ¿Qué más puede pasar en una casa llena de muerte y odio? Incluso la situación de la casa es tan siniestra, que cuando aparecen plenamente los fantasmas, no parecen oscuros en contraste, y el Más Allá es insinuado como un lugar deseable, y libre de la amargura y la oscuridad que permea la cotidianeidad.

Vemos pues, que en ambos relatos, los fantasmas se presentan de maneras diferentes. Mientras que en “El regreso”, el fantasma es la voz narradora y el personaje protagonista. En “El inútil velorio” los fantasmas giran alrededor de la protagonista determinando su destino. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, en ambos relatos los fantasmas tienen papeles muy importantes, tanto a nivel de la anécdota, como a nivel simbólico. Los fantasmas como personajes permiten a Bermúdez presentar a sus lectores situaciones extremas, en las que las emociones humanas como el amor y el odio quedan al desnudo: Los fantasmas cuya presencia en el mundo está limitada a esa condición etérea, parecen parcialidades de lo humano, en las que sin embargo siguen ardiendo poderosamente las emociones que los motivaron mientras vivieron.

La madrastra sigue siendo ardientemente egoísta aun en la muerte, y es su gran mezquindad la que la hace aferrarse a la vida. Mientras que la esposa fallecida regresa por el amor a su marido, un amor salpicado de celos y de su propia mezquindad, pero amor al fin. Vemos pues cómo los personajes fantasmales le permiten a Bermúdez experimentar con la condición humana. ¿Qué pasa si mueres, pero eres tan egoísta que vuelves a la vida que te aferras a la vida con tal de no ceder lo que consideras tuyo? ¿Qué pasa si mueres, pero sientes tanta angustia de separarte de lo que amas que decides volver en busca de una comunión que no tuviste en vida con tu ser querido? Los fantasmas le permiten a Bermúdez ensayar sobre la condición humana, sobre los mundos emocionales del odio y el amor, al mismo que también explora las posibilidades del género fantástico recurriendo a temas clásicos y dotándolos de nuevas dimensiones y aristas.

Conclusión
Lo inexplicable es, para David Roas y para Bermúdez, la condición indispensable para lo fantástico. Siendo la duranguense una autora que ha explorado y reflexionado sobre el género policiaco, un género en que se trata de desenmarañar misterios y echar luz sobre lo desconocido, su definición de lo fantástico, en Cuentos fantásticos mexicanos, en la que prevalece lo inexplicable, parece una contraparte del género policial. Es por esto que encontramos necesaria la promoción de la parte de la producción fantástica de la autora, ya que es un género en el que incurcionó, no solo en su teoría, sino también en su creación, como es notorio en Alegoría presuntuosa (y otros cuentos).

En sus cuentos fantásticos, “El regreso” y “El inútil velorio”, lo inexplicable tiene un carácter central y preponderante, como era de esperarse, pero también tiene la valiosa función de permitir la exploración de dimensiones de lo humano, como el amor y el odio, la esperanza y la desesperación, en situaciones extremas. Para ello, el personaje del fantasma parece ser el medio ideal, ya que en palabras de Bermúdez “disponen de una gama muy variada de móviles para regresar al mundo” (1986, p.28), como en el caso de los relatos aquí revisados, en donde vemos el fantasma de una esposa que aún después de muerta sigue buscando tener lazos de comunicación con su ahora viudo; o la madrastra que se rehúsa a ir al más allá movida por su apasionada mezquindad.

Vemos pues que los fantasmas necesitan antes que nada una razón para regresar. Son en sí mismos regresos, indeseables para los vivos, pero urgentes para ellos mismos, pues permanecen atados al mundo por motivos nobles o innobles, pero poderosos. Estos motivos para volver, aunque justifican y vuelven creíble su presencia en el mundo de lo tangible, no la explican del todo, incluso teniendo teorías sobre el alma y el Más Allá, en el fondo resultan inexplicables y contrastan radicalmente con el carácter definitivo de la muerte. Por no decir su inexplicabilidad desde el punto de vista científico o realista que exigiría una trama policiaca.

Despojados de todo, de cuerpo y validez en el mundo, los fantasmas que nos presenta Bermúdez sólo están dotados de su motivación para volver. Se trata de una curiosa forma de humanidad desnudada de su papel en el mundo de lo material y de las lógicas de lo cotidiano. En el caso particular del fantasma de la esposa, el mundo del hogar matrimonial la ha expulsado y se ve a sí misma con ser extraño, una intrusa en la casa que fue suya, y ahora está sumida en una incomunicación y una condición de despojo irreversible. Por su parte, la madrastra, lucha y escapa de esa condición, incapaz de aceptarla se aferra a su residencia terrenal con una fuerza casi feroz, anticipando ese despojo radical que les espera a los muertos. Irónicamente, el retorno de la esposa amante es trunco e incompleto y queda constreñido a lo etéreo y fantasmal; mientras que el regreso de la madrastra, motivado por el egoísmo, e incluso por el odio, es completado de manera tajante y brutal. Se puede decir que ambos cuentan exploran un trágico aferrarse al mundo común a la condición humana. Con motivación y consecuencias contrarias, el drama que entrelaza la vida y la muerte es presentado por Bermúdez de manera radical mediante la exploración de las posibilidades del personaje del fantasma.


   

Referencias

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Alvarado, J. (2013b). En Los cabos sueltos: La cuentística de María Elvira Bermúdez. En: Cuentos presuntamente completos. México: Instituto de Cultura del Estado de Durango.

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Bermúdez, M. E. (1986). Cuentos fantásticos Mexicanos. México, Chapingo, Alpe Ediciones.

Bermúdez, M. E. (2013). Cuentos presuntamente completos. México: Instituto de Cultura del Estado de Durango.

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Herrera, S. P. (2021) Alegorías fantásticas de María Elvira Bermúdez. En: Caracolas iluminadas Diversas, fantásticas, detectivescas [Versión en soporte digital]. México: Editorial Universidad de Guadalajara.

Nieto, O. (2016) El sistema de lo fantástico: la quintaesencia de la literatura [Versión electrónica]. Ciencia – Academia Mexicana de Ciencias, 67(4). https://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/67_4/PDF/Fantastico.pdf

Roas, D. (2008). Lo fantástico como desestabilización de lo real: elementos para una definición [Versión electrónica].  En: López, T., Moreno, F. (Eds.). Ensayos sobre ciencia ficción y literatura fantástica: 1er congreso internacional de Literatura Fantástica y ciencia ficción. https://core.ac.uk/reader/29401368

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