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Los cuentos de hadas de la hegemonía occidental como tecnología de dominación del género y para la reproducción de la violencia de género. Western hegemonic fairy tales as a technology for gender domination and the reproduction of gender violence. |
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DOI: 10.32870/sincronia.axxix.n88.27.25b | ||||||||||
Lucero Moreno Murguía Aurora Gutiérrez González Elizabeth Leticia Souza Mosqueda |
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Recepción: 29/04/2025 Revisión: 23/05/2025 Aprobación: 24/06/2025 | |||||||||||
Resumen. Palabras clave: Arquetipo. Estructuras. Vigilar. Castigar. Tecnología de la dominación. Abstract. Keywords: Archetype. Structures. Surveillance. Punishment. Technology of domination. |
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¿Y la princesa y el príncipe vivieron felices para siempre…? Introducción
Las autoras decidieron comenzar con un cuento para retratar el contexto actual en que se desarrolla el fenómeno de la violencia de género y las creencias que se anidan a su alrededor. El propósito del presente trabajo es demostrar que la violencia de género es reproducida por las estructuras utilizando como dispositivo de dominación los cuentos de hadas, que, si bien no son los únicos dispositivos de estas características foucaultianas, en el caso actual resulta interesante analizarlos utilizando para ello las metodologías feministas que se explicarán a detalle más adelante. Objetivo General Objetivos Específicos Demostrar que los cuentos de hadas son tecnologías que enjaulan a las mujeres en estereotipos de género de los que no pueden escapar o serán castigadas por los ojos panópticos que integran las estructuras de poder. Relacionar la obligación internacional que el Estado Mexicano tiene de evitar que las mujeres sean educadas a través de estigmas discriminatorios y estereotipos de género. Metodología Resultados y discusión El derecho de las mujeres a una vida libre de violencia debe ser garantizado por el Estado Mexicano, de acuerdo a la teoría alexiana de ponderación se trata de norma obligatoria y no de un principio; lo anterior ya que el Artículo 1ero. Constitucional establece que todas las personas gozarán de los derechos humanos contenidos en la Carta Magna, así como los que se desprendan de los Tratados Internacionales de los que México sea parte; además impone de forma obligatoria a todas las autoridades, no sólo a las jurisdiccionales, el principio pro persona. De esta forma la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, resulta obligatoria para el país; este instrumento internacional se suscribió por México el 17 de julio de 1980 y ratificada el 23 de marzo de 1981; en su artículo 5 se establece el Derecho de las Mujeres a ser educadas libres de estereotipos:
Así México tiene la obligación de combatir esos patrones de construcción social que reproducen el problemático amor romántico y la falsa idea de inferioridad donde se presenta a las mujeres como princesas en apuros que deben ser rescatadas por un príncipe, viviendo en un reino de hadas. Pero ¿dónde nace este paradigma tan arraigado en la sociedad mexicana? Sin duda llegó como lo hizo toda la cultura occidental, a través primero de la conquista y después de la colonia; lo más aberrante es que dicha colonización como lo demostraré más adelante sigue produciéndose una y otra vez; sin estos cuentos, no tendría armas para sobrevivir en la actualidad; es el amor romántico y los cuentos de hadas los que le proporcionan al sistema el trabajo en esclavitud que realizan miles de mujeres en el espacio privado haciendo labores no remuneradas de cuidado, o maternando a los demás; sin poder ejercer un proyecto de vida. El INEGI revela en su web site que durante el año 2020 el trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidado ascendió a la cantidad de 6.4 billones de pesos (INEGI, 2021) Por su parte la última encuesta ENDIREH (INEGI, 2022) arrojó que el 42.8% de las mujeres encuestadas han experimentado al menos una situación de violencia psicológica, física, sexual, económica, patrimonial o discriminación durante el año 2021. Para comprender como los cuentos de hadas son utilizados como dispositivo de dominación es necesario deconstruir que voces pasadas guarda su contenido, que escenarios ocultos se encuentran inmersos, resultando preponderante el amor romántico como eje de sus historias. Los principales productores de cuentos de hadas fueron los hermanos Grimm, quienes por encargo recopilaron los cuentos más célebres narrados por mujeres alemanas de clase alta con una educación afrancesada. Así las narraciones dan cuenta de las formas de socialización y dominación de Francia y Alemania a inicios del siglo XIX. En estas se observa frecuentemente la historia de una mujer cuya características principal es la bondad y el sufrimiento, la primera entendida como la capacidad de despojarse de su propio proyecto de vida y entregar su existencia al cuidado de los otros, cumplir los deseos de los demás; le caracteriza su belleza física natural que deslumbra a toda persona; es decir, está destinada además a adornar el entorno; es débil, frecuentemente necesita ser rescatada por un hombre que es un ejemplo de virtud y perfección, cuando este príncipe azul llega a su vida, todo suele ser perfecto, y se cumplirá la profecía del “vivirán felices para siempre”. Así queda fraguada a la perfección la imagen de la mujer esclava de la sociedad patriarcal que es engañada con el falso paradigma de la princesa-reina, pero que terminará siendo una esclava doméstica:
Los cuentos más famosos de los hermanos Grimm son: Hansel y Gretel, donde aparecen 2 mujeres que son estereotipadas como malvadas, ellas son la madrastra y la bruja; “Caperucita Roja” donde una niña desobediente que es castigada por un lobo, pero sin duda es rescatada por un hombre valiente, conocido como “el leñador”. Se encuentra la historia de la pobre Blanca Nieves quien debe huir de otra madrastra malvada y termina sirviendo a un grupo de hombres quienes a cambio la protegerán contra cualquier peligro, hasta que llega aquél que sí fue favorecido con todos los atributos de la sociedad hegemónica y patriarcal, quien con un beso del amor romántico la despierta de su sueño mortífero; historia similar es la de la “Bella Durmiente” quien también despierta de la inconciencia mortal causada por otra mujer envidiosa y despechada, con un beso de amor; no podemos olvidar a la “Cenicienta” que también es tomada como esclava doméstica por otras mujeres cuyo principal infortunio es que eran feas; así los cuentos más famosos de nuestro entorno narran las aventuras de una damisela en apuros, donde otras mujeres que son malvadas y envidiosas por naturaleza las someten a diversos sufrimientos; porque el paradigma de la construcción social de la mujer de la sociedad occidental latinoamericana reza que la mujer que no es bella y sumisa, entonces será fea, mezquina, envidiosa, malvada y quizás hasta loca; y si piensa demasiado quizás sea hasta diabólica y se convierta en bruja. Nacen entonces los atributos más apreciados en las mujeres de la sociedad feudal, cristiana y patriarcal. Las y los plebeyos, soñaban con convertirse en realeza; durante la monarquía europea, las chicas soñaban con enamorar a un príncipe azul, que las rescatara de la pobreza; por su parte los hombres querían ser beneficiados con un título nobiliario para ser parte de la corte real, favorito del rey y dejar atrás la vida de sirviente, casi reducida a la esclavitud. Luego surge la burguesía, van cambiando las formas de gobierno, y sí surgen los nuevos modelos de familias, imitando la administración del feudo; haciendo creer al pueblo que cada una de sus familias podía convertirse en un pequeño feudo, en un pequeño reino, donde hay por lo menos un rey, con su reina, donde nacen príncipes y princesas, donde persiste la servidumbre y esclavitud para ensanchar las riquezas del monarca. Así los cuentos de hadas persisten como tecnologías de dominación para mantener la construcción de la sociedad patriarcal. En consecuencia, los cuerpos de las mujeres son entrenados para ser dóciles, listos para la dominación, sin embargo, ¿por qué a pesar de ser maltratadas una y otra vez por el príncipe que a veces se convierte en ogro regresan a vivir con él? La respuesta es porque no hay peor castigo en esta sociedad hegemónica, colonizada y patriarcal que ser una princesa sin príncipe; el alma les fue robada, desde que nacieron en esta construcción social, esta fue entregada en tributo a la fratria:
Esto es muy interesante, porque ¿será que los cuentos de hadas nos roban el alma, el corazón, el pensamiento, la voluntad, las disposiciones? Todo indica que nos convierten en cuerpos dóciles a las mujeres para ser dominadas por el amor romántico. Sin ser feminista, esta tecnología de dominación la explica muy bien Foucault:
Los cuentos de hadas cumplen su función pedagógica, una pedagogía como lo mencionaron Segato y Sayak de la crueldad y del miedo; esta es reproducida a través de todas las estructuras de poder, es decir, la iglesia, la escuela, la familia y el gobierno. Se construye así un modelo hegemónico aspiracional, el entramado social empujará a las personas a agotar todos sus recursos en pos de él. La familia tradicional se convierte en el sueño ideal de las y los integrantes de la sociedad latinoamericana cristiana y colonizada. Las niñas crecen creyéndose princesas, son entrenadas en la sumisión, comprenden que su rol social es agradar, adornar el mundo y maternar a los demás; les adiestran para que el sacrificio y la bondad sean sinónimos; quedan así reducidas a vivir como esclavas al servicio de alguien más a quien conciben como el príncipe azul; sus vidas se diluyen a la sombra de otros a quienes deben cuidar; esposo, descendiente, ascendientes, o cualquier persona que no pueda hacerse cargo de sí misma; ellas están haciendo méritos para que en otra vida, después de la terrenal puedan alcanzar la felicidad prometida; mientras tanto el sufrimiento las purifica y las hace cada vez más santas. Están secuestradas en su torre por un dragón; ese monstruo que las observa siempre es panóptico, está al servicio de un dios dominador que todo lo ve y es implacable para castigar, conformado por miles de ojos, que pertenecen a todas y todos los integrantes de la sociedad, que las mantienen cautivas; presas de la jaula de los estereotipos que deben representar y los que no pueden abandonar, porque serán enjuiciadas, condenadas a la tortura y si es necesario a la horca. Ese Leviatán hobbiano que mantiene cautivas a las mujeres, cumpliendo roles que garantizan la hegemonía patriarcal:
La sociedad disciplinaria que encarcela a las mujeres en el espacio privado convierte la casa en una verdadera mazmorra. Por eso es que la identidad de las víctimas de género fue construida a partir de los atributos esperados de la feminidad cristiana. Buscando esas reacciones afectivas y éticas positivas, de goce, de cohesión interna si fueron aprobadas por el mundo; y si acaso no fueron aprobadas por su entorno, entonces se justificaría la violencia por no perpetuar el modelo patriarcal. Pues no cumplió con su identidad genérica, no es verdaderamente femenina. Es una tecnología nueva desarrollada del siglo XVI al XIX pero vigente en la actualidad, para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a las mujeres y hacerlas a la vez dóciles y útiles. Aparentemente en el siglo XIX nacieron las libertades, pero no es verdad, porque se encuentran construidas sobre suelo flojo, porque lo que hay de cimientos es una sociedad disciplinaria, que necesita que las mujeres permanezcan en sus casas haciendo labores de cuidado. Colocando al diálogo a Lagarde y Foucault estos atributos de la feminidad funcionan como tecnologías de dominación, las relaciones de poder las reproducen para que las mujeres se sientan felices al vivir alienadas y aprobadas por el mundo, pues esa identidad genérica, las confirma como verdaderamente femeninas; las mujeres se encuentran enjauladas en la concepción virtual del ente femenino al que se tienen que ceñir si aspiran a la felicidad.
Se insiste que la idea del amor romántico nace en la sociedad occidental europea durante la época de la monarquía, representando los valores patriarcales, tomo prestadas algunas categorías analíticas de (Flores, 2019): matrimonio, monogamia, heterosexualidad, abnegación, obediencia femenina, dependencia, fragilidad, asexualidad, exclusividad, celotipia, las mujeres son tratadas como seres no ilustrados, en una eterna minoría de edad, no son dueñas de su cuerpo, ni de su sexualidad; resultando de estas ideas diferentes mitos, entre ellos: el mito de la media naranja o el alma gemela, que potencia y da fuerza al mito de la exclusividad y al mito del amor verdadero alrededor del que subsiste también la sumisión y el sacrificio; existen además el mito del emparejamiento, que reproduce la pareja heterosexual como ideal social, el mito de la fidelidad femenina como sinónimo de virtud y bondad, el mito de los celos, como garantía de la pertenencia y de la prevalencia de la moral cristiana; mito de la omnipotencia, donde el amor lo puede todo; mito del matrimonio, como culminación del amor verdadero; mito de la pasión eterna, donde se espera que la atracción sexual permanezca intacta ligada al amor verdadero; y finalmente el mito del amor engendrador, que sostiene que mientras exista amor, se deben engendrar y criar hijos. Se desvincula del hambre de piel, de lo erótico y lo pasional. Al respecto Lagarde expresa:
Es importante analizar como todos estos significados que se reproducen a través de la sociedad patriarcal, se convierten en prácticas comunes de violencia de género, donde siempre se busca castigar a las mujeres que no se ciñen al modelo ideal de la mujer sumisa introducido por estas tecnologías de poder, entre ellas los cuentos de hadas. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ENDIREH (INEGI, 2022) que revela los datos recopilados durante el año 2021, en torno a las experiencias de violencia de tipo físico, económico o patrimonial, sexual y psicológico, que han enfrentado las mujeres de 15 años y más en distintos ámbitos de su vida (de pareja, familiar, escolar, laboral y comunitario) y recopila información sobre las personas agresoras y los lugares donde ocurrieron las agresiones. La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, 71.9% de las mujeres de 15 años o más, experimentaron algún tipo de violencia: Psicológica, Física, Sexual, Económica o Patrimonial a lo largo de la vida y 45.8% en los últimos 12 meses. (INEGI, 2022, p. 9); no obstante, esos números no revelan la realidad, todas las mujeres hemos sido víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de nuestra vida, pero no siempre identificamos todos los tipos y modalidades de la violencia de género. Por ejemplo: aplicar la ley del hielo, es decir, cuando el hombre no se siente lo suficientemente complacido, se ofende, y entonces deja de hablar a su pareja para castigarla, eso es violencia psicológica, pero la mayoría de las mujeres no la identifica, del mismo modo, que hacer bromas hirientes, querer controlar la forma de vestir u opinar sobre su cuerpo, pero estas acciones son constantemente normalizadas; al igual que no permitirle desarrollar su vida social o construir una vida profesional, sino que se incorpora a todas sus actividades, so pretexto de cuidarla, para que nada malo le pase. La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, el ámbito comunitario es en el que las mujeres de 15 años y más experimentaron con mayor frecuencia algún tipo de violencia a lo largo de la vida (49.9%) (INEGI, 2022, p. 14). Sin embargo, cierto es, que muchas mujeres desconocen que el acoso callejero es violencia de género, que un piropo es acoso y que no debe ser consentido, ni normalizado; si existieran estas sensibilizaciones, la encuesta probablemente revelaría que todas las mujeres hemos sido víctimas de violencia de género en el ámbito comunitario. Y es que los hombres al encontrar a una mujer en el espacio público tratan de enseñarle a través de la violencia que ese no es su lugar, que debe regresar al espacio privado a realizar labores de cuidado, y a permanecer bajo la autoridad de algún hombre. Por ello, el acoso y el hostigamiento callejero son tan violentos y pueden culminar con agresiones físicas, lesiones, y violencia sexual; todo ello para tomar en prenda a la víctima, refrendarse con la fratria como dominador y que la víctima funja como prenda del honor masculino que ha sido vengado, que sea el ejemplo de lo que les puede pasar a las demás mujeres que se atrevan a desafiar al patriarcado y a desautorizar a la hegemonía masculina. La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, 35% de la población de mujeres de 15 años y más, ha experimentado situaciones de violencia en la escuela a lo largo de la vida. Mientras que 21.2% vivió este tipo de violencia en los últimos 12 meses (INEGI, 2022, p. 16). Este dato tampoco es confiable, porque ya la jurisprudencia de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en el paradigmático caso del Campo Algodonero Vs el Estado Mexicano, dijo que la discriminación es violencia de género, reveló pues que detrás de la violencia de género siempre hay discriminación; en consecuencia las mujeres de Jalisco, no se dan cuenta que cuando son educadas con estereotipos de género, que mientras en los planteles educativos se sigan reproduciendo los cuentos de hadas y las historias que hacen apología del amor romántico, también están siendo víctimas de discriminación y de violencia de género.
La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, 30.4% de la población de mujeres de 15 años y más ha vivido situaciones de violencia en el trabajo a lo largo de la vida. Mientras que 23% vivió este tipo de violencia en los últimos 12 meses. (INEGI, 2022, p. 23). Sin embargo, no analiza como las mujeres son tratadas con hostilidad por sus jefes y empleadores para obligarlas a reforzar un trato amable, donde privilegien atenciones especiales hacia los hombres colegas y más con los que tienen algún puesto de poder, culminando en situaciones de acoso y hostigamiento laboral y sexual. Tampoco se analiza cuántas mujeres abandonan sus trabajos, y la causa que existe detrás de esta decisión, que casi siempre esconde hostilidades, acoso, hostigamiento, jornadas extenuantes, discriminación, incompatibilidad con la vida personal, bajos salarios, techos de cristal, entre otras causas. Asimismo, tampoco analiza el doble o triple tamiz al que son sometidas las mujeres cuando solicitan trabajo; que al no existir medidas como el currículum violeta, siempre son analizadas bajo el perjuicio de que algo malo hicieron para estar ahí solicitando el empleo, o de lo contrario no hubieran salido de sus casas a tratar de emplearse, o no hubieran abandonado el trabajo anterior si no fueran mujeres problemáticas. De acuerdo con la ENDIREH 2021 se estima que, en el estado de Jalisco, 21.1% de la población de mujeres de 15 años y más ha vivido situaciones de discriminación laboral a lo largo de la vida laboral. Mientras que 24.5% ha experimentado discriminación laboral en los últimos 12 meses. (INEGI, 2021, p. 24) Sin embargo, no analiza cuantas mujeres han sido o son obligadas a entregar certificados de ingravidez para ingresar a laborar, o cuántas de forma continúa son analizadas a través de prácticas discriminatorias como los “exámenes de confianza” que se basan en perjuicios, estigmas y estereotipos, con el propósito de categorizar como ineficaz a una persona que no cumple con el rol social de la sociedad hegemónica y patriarcal. La ENDIREH 2021 estima que, en los últimos 12 meses, en el estado de Jalisco, de las mujeres de 15 años y más que experimentaron violencia en el ámbito comunitario, 70% señaló que la principal persona agresora fue un desconocido. (INEGI, 2022, p. 34) Lamentablemente no analiza las causas de que personas desconocidas agredan a las mujeres, no escudriña los motivos hegemónicos, cristianos y patriarcales que se encuentran escondidos en el victimario. La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, de las mujeres de 15 años y más que experimentaron violencia en el ámbito comunitario en los últimos 12 meses, 63.9% declaró que ocurrió en la calle o parque. (INEGI, 2022, p. 35) Y esque la violencia en el espacio público busca castigar a la mujer que no quiso permanecer sumisa en el espacio privado, confinada a las labores de cuidado, para maternar y asistir a los otros. A la mujer desconocida que recorre el espacio público, la fratria la tomará como prenda, para que sea un trofeo de la pedagogía de la crueldad, siguiendo a Segato en los delitos de odio contra las mujeres como el feminicidio, se percibe un cierto desprecio de la otredad. Las víctimas son atacadas con tanta saña, que son despojadas de sus ropas interiores y expuestos sus genitales para exhibir el castigo impuesto por la sociedad cristianizada y patriarcal, donde las mujeres deben resguardar con pudor sus genitales, ya en el caso de las víctimas del caso Fernández Ortega Vs el Estado Mexicano la Corte Interamericana de los Derechos Humanos expresó que este tipo de acciones revelan una fuerte discriminación de género y que está ligada directamente con el castigo hacia las mujeres que no se someten a la autoridad dominadora masculina. Existe la misoginia donde los depredadores reproducen en su presa la apropiación de una vida que les es disponible, para dominarla, para castigarla por no someterse. Al respecto (Segato, 2017) sostiene que existen Formaciones Nacionales de Alteridad, entendidas como "representaciones hegemónicas de nación que producen realidades" (Segato, 2017, p. 38). De acuerdo con (Segato, 2006 ) la víctima de la violencia de género es un tributo al clan de la dominación masculina. Aparentemente la víctima satisface la demanda de los iguales, ese refrendo de pertenencia al grupo privilegiado. Son miembros de una fratria a la que pertenecen quienes hacen alarde de dominación sobre las víctimas, ellas se transforman en presas útiles para celebrar el pacto patriarcal, para exhibir poder y sumisión.
La ENDIREH 2021 estima que, en el estado de Jalisco, 11.6% de la población de mujeres de 15 años y más ha vivido situaciones de violencia por parte de su familia en los últimos 12 meses (INEGI, 2022, p. 37). Sin embargo, no analizó cuantas mujeres tuvieron que abandonar sus trabajos obligadas por sus parejas durante la pandemia para vigilar la educación de sus descendientes, pues la niñez estuvo durante muchos días que se prolongaron a meses acudiendo en modalidad virtual; niñas y niños de todo el estado tuvieron que conectarse desde una computadora o estar en contacto mediante una aplicación, requiriendo de la asistencia de un adulto para lograrlo, que en su mayoría fueron las madres o las hermanas mayores u otra mujer de similares características la encargada de llevar a cabo tal tarea. El estado de Jalisco no puso en marcha ninguna política de nivelación para resolver este conflicto, le bastó con ignorar la problemática. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia nace en el 2007 en virtud de los compromisos internacionales adquiridos por el Estado Mexicano en virtud de haber suscrito la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia de Género conocida como Belem Do Para expresa diferentes tipos y modalidades de la violencia de género, que en su artículo 16 establece:
De acuerdo con la Ley de Acceso, en su artículo 6 los tipos de violencia contra las mujeres son:
Asimismo, se encuentran las modalidades de la violencia de género descritas en la propia ley en sus artículos 7, 10, 12, 13, 16, 18 y 21:
Es imposible no advertir que en su mayoría los tipos y modalidades de violencia de género reproducen el molde tomado de los cuentos de hadas y del amor romántico; que en todos ellos está presente el componente de la discriminación, de la dominación y la pretensión de mantener a las mujeres presas en sus propios cautiverios asistiendo a los demás. La propia jurisprudencia internacional ha dado cuenta de ello, por ejemplo en el caso Miguel Castro Vs. Perú, se advierte como pervive el estereotipo de la mujer malvada, en virtud de no querer desempeñar el rol de género que la sociedad patriarcal le hubiera asignado, porque al tratarse de mujeres que no seguían el rol tradicional entonces fueron castigadas con escarnio y severidad para que sirvieran de ejemplo a las otras mujeres que haciendo panoptismo también miraban el castigo ejemplificador:
Asimismo, la CoIDH se ha pronunciado respecto de la ficción social que impera en el Estado Mexicano, donde las mujeres son percibidas como seres inferiores al hombre.
En el caso de Atala Riffo y niñas Vs. Chile la Corte Interamericana de los Derechos Humanos explica cómo es reproducido el estereotipo de la maternidad ligado al de la feminidad: Conclusiones Según se analizó el estado patriarcal posee distintos dispositivos de poder para asegurar la permanencia de la hegemonía. En la cultura cristiana occidental colonizada, las mujeres tenemos prohibido amarnos a nosotras mismas y apropiarnos de nuestro cuerpo y nuestra mente, pertenecemos a los demás, Lagarde también lo analiza: La sociedad y la cultura hacen de las mujeres seres que aman a los otros. Lo perverso es que en esa imposición está la negativa del amor propio. A las mujeres les ha sido prohibido el amor propio. Es la mayor perversión de la cultura patriarcal. (Lagarde, 2000, p. 29) El problema es más grave de lo que se percibe, porque a través de sus múltiples dispositivos de control social, el ente público no controla que se reproduzcan estos tipos de violencia, sino que más bien los reproduce para que contribuyan a la preservación de la hegemonía. En efecto los cuentos de hadas contribuyen al trato discriminatorio que perciben las mujeres por el simple hecho de serlo. Los cuentos de hadas están cargados de mensajes patriarcales, que pretenden contribuir para convertir a las mujeres en cuerpos dóciles y sumisos. |
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Referencias Caso Atala Riffo Vs Chile. (2012). Sentencia de 24 de febrero de 2012. CoIDH. Caso González y otras Vs México. (2009). Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción. CoIDH. CEDAW. (1981). Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer. CONVENCIÓN BELEM DO PARA. (09 de junio de 1994). Organización de Estados Americanos. https://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-61.html Feria. (2007). Primer caso internacional sobre violencia de género en la jurisprudencia de la CoIDH. CEJIL, 30-45. Flores, V.M. (2019). Mecanismos en la Construcción del Amor Romántico. Revista de Estudios de Género, La Ventana, 6(50) 282-303. https://revistalaventana.cucsh.udg.mx/index.php/LV/article/view/7074/6166 Focault, M. (1975). Vigilar y Castigar. Gallimard. INEGI. (03 de diciembre de 2021). Trabajo no Remunerado de los Hogares. https://www.inegi.org.mx/temas/tnrh/ INEGI. (Agosto de 2022). Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares. ttps://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/endireh/2021/doc/14_jalisco.pdf INEGI. (30 de agosto de 2022). Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH). https://www.inegi.org.mx/programas/endireh/2021/ Lagarde, M. (2000). Claves feministas para la autoestima de las mujeres. Horas y Horas. Lagarde, M. (2001). Memoria, Claves Feministas para la Negociación en el Amor. 2001. Lagarde, M. (2014). Los cautiverios de las mujeres. Siglo XXI Editores. Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. (01 de febrero de 2007). Secretaría de Gobernación. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/209278/Ley_General_de_Acceso_de_las_Mujeres_a_una_Vida_Libre_de_Violencia.pdf Segato. (2017). La Nación y sus Otros: raza, etnicidad y diversidad religiosa en tiempos de Políticas de la Identidad. Prometeo Libros. Segato, R. (2006). La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. territorio, soberanía y crímenes de segundo estado. Universidad del Claustro de Sor Juana Inés de la Cruz.
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Universidad de Guadalajara Departamento de Filosofía / Departamento de Letras |
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