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Re-visitación de las estrategias comunicativas de él/ella en el discurso. Él/ella in discourse: communicative strategies revisited. |
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DOI: 10.32870/sincronia.axxix.n88.26.25b | |||||||||||
Berenice Darwich |
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Recepción: 08/04/2025 Revisión: 16/05/2025 Aprobación: 20/06/2025 | ||||||||||||
Resumen. Palabras clave: Él/Ella. Significado monosémico. Escuela de Columbia. Estrategias comunicativas. Abstract. Keywords: He/She. Monosemic meaning. Columbia School. Communication strategies. |
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Cómo citar este artículo (APA): En párrafo (Parentética): En lista de referencias: |
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Introducción El análisis que aquí se presenta pone a prueba la hipótesis de significado de él/ella propuesta por García (1975, 1983, 1996) contrastando las estrategias comunicativas descritas en dichos trabajos con ejemplos de uso obtenidos de muestras de habla compiladas en el Corpus sociolingüístico de la ciudad de México (CSCM) (Martín Butragueño y Lastra, 2011-2015). El resultado de esta evaluación apunta a la reformulación de la hipótesis de significado de él/ella a la luz de nuevas evidencias en el discurso natural, pues contribuyen a identificar discrepancias entre las descripciones de García (1975, 1983, 1996) de las estrategias de uso de él/ella y la explotación de esta señal en el discurso oral por los hablantes que no deben ignorarse. La Escuela de Columbia Las perspectivas que orientan y delimitan los principios teóricos de la EC son la función comunicativa del lenguaje y el factor humano; así, la lengua es vista como un instrumento más al servicio del ser humano, usada para comunicar los asuntos que a éste le interesan y que toma forma – organizada en signos lingüísticos – según las necesidades comunicativas de los usuarios y su entorno. En este sentido, los signos lingüísticos son instrumentos mentales a los que recurre el usuario para comunicarse, y estos pueden ser léxicos o morfosintácticos, por lo que sus señales son de todo tipo: palabras, sufijos, flexiones u órdenes de palabras (Stern, 2019, p. 4). El propósito de los análisis de esta perspectiva teórica es explicar la distribución asimétrica de fenómenos lingüísticos observables, trata de explicar qué motiva al hablante a producir ciertas ondas sonoras cuando lo hace, para lo que se tiene en cuenta no solo la selección de las señales en una emisión de voz, sino también las circunstancias particulares en las que tiene lugar la comunicación. A este respecto, es pertinente resaltar que estas señales y sus significados, unidos en un signo, no se establecen de antemano por el lingüista ni son accesibles a la simple observación, sino que resultan del análisis en la postulación de una hipótesis (Reid, 1991; Huffman, 2021). Dicho de otra manera, una vez el lingüista adentrado en su estudio de los datos crea haber identificado una señal, deberá postular un significado para ésta y, acto seguido, poner a prueba su validación mediante el análisis de textos hablados o escritos (Davis, 2002). Así, para la EC, el signo es la unión de una señal y su significado. El significado es el contenido semántico constante e invariable de una señal que conforma el sistema lingüístico de una lengua (Davis, 2017, p. 107); no es visible a simple vista ni existe a priori, sino que se descubre por medio del análisis y se postula como una hipótesis para explicar los hechos de la lengua – la distribución asimétrica de las formas lingüísticas a las que el hablante recurre para transmitir sus mensajes. Entonces, el significado de una señal es, precisamente, la razón por la cual ésta es utilizada por el hablante con la intención de facilitar la comunicación de los mensajes que quiere transmitir (Reid, 2002, x). Por su parte, el mensaje en esta teoría es lo que se comunica, es lo que resulta de la combinación de los significados usados por el hablante en diferentes situaciones comunicativas y lo que se infiere a partir del uso de los significados en un contexto situacional dado (Davis, 1917). En otras palabras, los mensajes son el resultado interpretativo del uso de una señal (o varias, generalmente) en los que también intervienen factores contextuales, situacionales y socioculturales varios (Stern, 2019, p. 5). Finalmente, otro aspecto importante de este enfoque es que rechaza las construcciones y categorías a priori de la oración, estableciendo así un vínculo directo entre el signo lingüístico y su utilización por parte del hablante, eliminando así las restricciones heredadas que pueden interferir en el análisis de la lengua tal y como la utilizan sus usuarios (Otheguy, 2002; Huffman, 2006). El significado de él/ella en la Escuela de Columbia Es así que, para García a (1975), el hablante utiliza el significado Deixis Alta de estas formas cuando el antecedente (o referente) es difícil de identificar en el discurso (p. 116-117). Más aún, la presencia de él/ella en la comunicación ocurre en situaciones en las que la entidad a la que se hace referencia no es muy obvia en el discurso, o no está tan presente en la mente del interlocutor (García, 1983). Dicho de otra manera, la presencia de las formas él/ella es pertinente en interacciones comunicativas siempre que la intención sea ayudar a identificar una entidad entre varias, de ahí que su significado Deixis Alta sea relevante, pues “sirve para distinguir un referente de otros más” (García, 1983, p. 188). De igual manera, estas señales sirven para resolver el problema de la referencia a la tercera persona (García, 1996, p. 10), por lo que el hablante recurrirá a ellas cuando haya problemas para identificar la entidad a la que hacen referencia y sea preciso distinguir entre varios referentes. Resumiendo, y según los análisis de García (1975, 1983, 1996), el hablante recurre al significado Deixis Alta de las señales él/ella (i.e., la identificación del referente es relevante para el mensaje) en situaciones en las que:
Estas situaciones se presentan en los trabajos de García como estrategias comunicativas. En múltiples trabajos de la EC se usa el concepto de estrategia comunicativa estrategia de uso para describir la manera en que los hablantes convencionalizan la manera en que usan las señales y los significados de sus sistemas lingüísticos para sugerir cierto tipo de mensaje (Stern 2019; Contini-Morava, 1995; Reid, 1995; Risco, 2023), y es la manera en que García (1975, 1983, 1996) también las presenta en sus trabajos. Análisis En total, se presentan cuatro pares de ejemplos (1a y 1b, 2a y 2b, y así sucesivamente); cada uno con la misma muestra de habla, con una variación: la versión (a) de cada par presenta el fragmento manipulado, sin ninguna forma explícita de él/ella, removidas a propósito para poder ilustrar el análisis. En contraste, en la versión (b) de cada par sí se transcribe la muestra de habla tal y como la emitió el hablante, es decir, se presenta el fragmento con todas las formas él/ella que el hablante haya expresado y, además, se resaltan en negritas para su mejor visualización. Estrategia 1. De acuerdo con García (1975), el hablante opta por utilizar el significado Deixis Altaen contextos en los que es difícil que el oyente pueda identificar la entidad a la cual se hace referencia; es decir, que recurre a la expresión de él/ella con el fin de facilitar la identificación inequívoca de la entidad en cuestión. Para la autora, la explotación del significado Deixis Alta implica un antecedente que es más difícil de identificar (en contraste con Deixis Baja, atribuido a se y que implica un antecedente cuya identificación no es problemática porque es menos obvio o, de hecho, no tiene importancia)”[2] (García 1975, pp. 116-117). En otras palabras, el hablante elegirá explicitar las formas él/ella con el fin de ayudar a su interlocutor a distinguir una entidad referencial considerada importante para la comunicación. Comenzamos la revisión de la primera estrategia. A continuación se ofrece una misma muestra de habla en el par de ejemplos (1a) y (1b). En (1a) se presenta sin formas explícitas de él/ella, y en (1b) con las expresiones de él/ella originales (resaltadas en negritas) tal y como el hablante enunció el fragmento. Veamos primero (1a). Aquí la hablante responde a la pregunta de cómo se interesó en el arte y, especialmente, en la arquitectura, su profesión. En su respuesta comparte cómo se hizo pintora, provee información sobre la vida de su madre y menciona la razón de por qué su abuelo viajó a México.
De acuerdo con esta primera estrategia de García (1975), cuando hay una expresión de él/ella es porque uno de los antecedentes es difícil de identificar, pero en (1a), las entidades referenciales de quienes se provee alguna información están bien identificadas por medio de sintagmas nominales específicos y mucho más identificada está la relación de la hablante con ellos por medio de los posesivos que anteceden a los sustantivos: mi mamá, su papá, mi papá. Además, la persona de quien más se provee información en este fragmento es la madre de la hablante: nació en Estados Unidos, estudió arquitectura en Baltimore, viajó a México, se casó, se quedó a vivir en ese país y tuvo dos hijas a quienes les transmitió el amor por las artesanías, el arte y el país. También, nos enteramos de que fue el padre de la mamá de la hablante quien, en un principio, tuvo la iniciativa de viajar a México con miras a abrir un negocio y, por último, que quien narra todo ahora es pintora por las influencias de su mamá. En otras palabras, en este fragmento: El antecedente no es difícil de identificar
En la primera línea, la madre de la hablante está plenamente identificada por el sintagma mi mami dos veces y, pese a esto, inmediatamente después aparece la forma ella, también en dos ocasiones inmediatamente después, creando la secuencia: mi mami, mi mami, ella, ella. Para cuando se recurre a la primera expresión de ella en el inicio de este fragmento, hay información suficiente sobre la madre, ya no es difícil de identificar, por lo que se vuelve aún más redundante utilizar ella una segunda vez. Además, casi al final del fragmento, después de narrar varias actividades que hizo su mamá, la hablante de nuevo explota el significado de ella (ella nos llevaba a pintar…). Dado que el antecedente (mi mami) está bien identificado desde el principio, entonces ¿cuál es la motivación para la presencia de ella en este fragmento? Por un lado, sería difícil aceptar las explicaciones de la lingüística tradicional variacionista y funcional (cf. Alarcos Llorach, 1999; Alonso Hernández, 1996; Silva-Corvalán, 1994; Cameron, 1994) que aluden a la compensación (con la expresión de ella) para resolver la ambigüedad o insuficiencia de la información flexiva en formas como era o llevaba, pues estas mismas metodologías proponen que, una vez establecido el referente, es innecesario recurrir a una forma pronominal especialmente cuando hay oraciones consecutivas con el mismo sujeto (cf. Luján 1999; para un análisis distinto, desde la EC, ver Darwich 2019), y que es lo que ocurre con la utilización de ella delante de estudió y las otras dos ocurrencias. Por otro, la estrategia sugerida por García cuestiona la capacidad del interlocutor para establecer inferencias que se hicieron sin problema a partir de la información disponible en 1(a), en donde el fragmento aparece sin las ocurrencias de ella originales. No hay duda que la interpretación que se hizo a partir de 1(a) se mantiene una vez se compara con la información que hay en 1(b). Además, García (1975) no aclara qué quiere decir con “fuerza” cuando describe que la sustancia semántica de Deixis tiene que ver con la fuerza con que se instruye al oyente a buscar al referente del pronombre, mucho menos cómo se relaciona con, o manifiesta en, el significado Deixis Alta implicaría (ni con el significado Deixis Baja). En todo caso, ¿por qué se necesita “fuerza” en estas ocurrencias si, de hecho, la presencia de ella no es necesaria para identificar al referente? En otras palabras, la estrategia de García (1975) no alcanza a explicar la razón por la cual la hablante decidió utilizar el significado de ella en este pasaje si la referencia no es problemática. Así las cosas, cabe preguntar: si ya se sabe y se tiene identificado el referente por medio de otras señales e inferencias, ¿por qué la hablante recurre a la utilización de la forma ella? ¿Cuál es la contribución de la forma ella en este pasaje? Estrategia 2. Ahora pasemos a la segunda estrategia asociada a la explotación del significado Deixis Alta que García asigna a él/ella. Según García (1975), la presencia de una de estas dos formas en el discurso instruye al hablante: “encuentra la tercera persona a la que se está haciendo referencia”;[3] instrucción pertinente, amplía, en situaciones en las que el antecedente de él/ella no es obvio y no debe pasar desapercibido (p. 69). En otras palabras, el hablante recurrirá al significado de él/ella y utilizará esta forma en circunstancias en las que se necesite guiar al oyente a identificar el antecedente del que trata el pasaje o fragmento en cuestión porque no puede reconocerlo claramente. Revisemos esta estrategia. En los ejemplos (2a) y (2b) se presenta la misma muestra de habla, pero con modificaciones; en el primero se han eliminado las formas explícitas de él/ella que aparecen en la versión original y que sí se han conservado en la segunda versión. En (2a), a continuación, el entrevistado, un experto en bonsáis describe el efecto negativo que tiene en un árbol la falta de confianza de la persona que hace modificaciones drásticas en éste. El narrador le atribuye a un bonsái emociones como temblar de miedo y la capacidad de percibir sensaciones como la inseguridad de quien lo manipula, para apoyar su argumento:
En el segmento de (2a) no hay duda de que el árbol es, precisamente, el asunto del que se habla. El hablante enfoca su discurso en el árbol. Las referencias a este son obvias: es quien experimenta las modificaciones en su tronco –que se puede manipular de varias maneras–, percibe las emociones negativas de quien realiza tal manipulación y, además, es capaz de reaccionar a éstas. Con toda esta información disponible, entonces, podemos afirmar que: El antecedente (el árbol) es obvio y no es ignorado (it is not be missed)
Repitiendo a García (1975), cuando el antecedente no es obvio y es tan importante que no debe pasar desapercibido, el hablante recurre a la explotación del significado Deixis Alta de las formas él/ella. No obstante, lo que se observa en (2b) es que el antecedente es obvio, no es ignorado y aun así aparece la forma él. Si no se requiere que el oyente sea alertado para buscar al referente –de hecho, no se requiere ningún esfuerzo para identificarlo porque está clara la obviedad del referente–, entonces, ¿a qué se debe su presencia? ¿Cuál es la motivación del hablante para expresar él aquí? Si el hablante no necesita guiar al oyente para identificar el antecedente, que es el árbol, y hay tanta información disponible que es imposible que sea ignorado, y más bien recibe toda la atención ¿cómo se explica que él aparezca aquí? ¿Cuál es la contribución de esta forma en este fragmento? Estrategia 3. En la descripción de la explotación del significado Deixis Alta de las formas él/ella, García (1975, 1983) también anota que estas formas sirven para distinguir un referente entre muchos; más específicamente, para “distinguir un referente de tercera persona entre otros que tienen prominencia comparable” y que pueden ser no obvios en la mente del interlocutor (García, 1983, p. 187). Dicho de otra manera, la explotación del significado de él/ella es pertinente siempre que la intención sea ayudar a identificar una entidad entre varias (para lo cual también la explotación del significado de género es importante, pues distingue entre una entidad masculina y una femenina). Pongamos a prueba esta estrategia en el fragmento que se presenta en los ejemplos (3a) y (3b). En el primero, (3a), se han omitido a propósito las formas él/ella. En este extracto de la conversación, el hablante, diseñador gráfico, narra cómo su hermano le ayudó a establecer contacto con el dueño del negocio en donde trabajaba para que, después de una entrevista, aceptara que aplicara el conocimiento contenido en su tesina.
A partir de la información disponible, se sabe que los participantes de estas interacciones son hombres, tres seres humanos de género masculino: el hablante, su hermano y el dueño del negocio, y que los tres tienen un papel prominente en los hechos que se narran, ya que sin la colaboración de estos dos últimos, el joven profesional no habría podido aplicar los conocimientos de su tesina (en diseño gráfico) en un proyecto para un negocio al que le diseñaría (información que se comenta antes y más adelante en la misma entrevista) el logotipo y la papelería. Para el análisis, nos preguntamos ¿qué información (o señales) nos ayudan a distinguir un referente entre muchos, en este caso, entre otros dos? En el fragmento hay varia información que sirve a este propósito. En primer lugar, cada uno de estos referentes está bien identificado por su profesión u ocupación: el hermano del hablante es ingeniero mecánico electricista, la otra persona es el dueño del negocio en donde trabaja el hermano y, por último, el hablante, estudiante universitario que está a punto de graduarse (necesitaba buscar un lugar donde aplicar mi tesina). En segundo lugar, y muy importante, también están bien identificados por su participación en los hechos: el hermano pone en contacto al hablante con el dueño del negocio en donde trabaja para que le proponga aplicar su tesina, el hablante le explica la propuesta al dueño y éste acepta. Las formas lingüísticas que nos ayudan a delimitar la participación de cada uno de estos referentes en los hechos que se narran son varias: frases sustantivas como mi hermano, el dueño; acciones denotadas por los verbos, como comenté, deja hablar, propones, llegué, hablé, dijo que sí… Igualmente, son estas mismas formas las que nos dan indicios de que cada referente está en la mente del interlocutor, pues podemos establecer asociaciones entre ellas: mi hermano – deja hablar, propones; el hablante – comenté, llegué, hablé; el dueño del lugar – dijo que sí. Así, las explicaciones anteriores nos dan pie para afirmar que en este fragmento: Hay suficiente información para distinguir un referente entre muchos otros
En este punto, es pertinente comentar, como ya se habrá notado, que en (3a) se eliminaron también las preposiciones que anteceden a él: con y a. Esta decisión está sustentada por las mismas estructuras lingüísticas. Generalmente, cuando estas preposiciones aparecen en el discurso para agregar más información sobre el evento que denota un verbo, requieren un complemento, y éste puede ser un sustantivo, un sintagma nominal o una oración; en realidad, cualquier opción es posible. Lo que sería casi imposible que ocurriera es lo contrario, que la pura adición de con y a a la descripción de un evento se considerara como una contribución con sentido completo: #hablé con; #a no le iba a salir en un quinto. Entonces, como se nota en el análisis de este fragmento, la ausencia de con él y a él en (3a) no interfiere, por un lado, en captar que hablé y no le iba a salir en un quinto informan sobre los eventos que describen y, por otro, tampoco hacen falta para distinguir cada uno de los referentes de este fragmento. La pregunta que habría que responder nuevamente es: ¿cuál es la contribución de él en esta enunciación? Si, como se demostró en el análisis, los tres referentes son obvios, o sea, están en la mente del interlocutor, y hay suficiente información por medio de otras señales para distinguirlos claramente entre sí, entonces, ¿cuál es la motivación del hablante para recurrir a la explotación de la forma él dos veces? Estrategia 4. Una estrategia más asociada a la explotación del significado Deixis Alta de las formas él/ella, apunta García, es cuando la identificación de la entidad a la que se hace mención en el discurso es problemática (García, 1996, p. 10). Pero ¿cómo se determina si la identificación de una entidad es problemática? Para responder esto, es pertinente revisar detalladamente toda la información disponible en el discurso y asegurarnos de que la presencia de él/ella permite la identificación total del referente en cuestión. Con el propósito de determinar si la identificación del referente al que se hace mención es problemática y que, por tanto, se recurre a la señal él/ella para resolverla, analicemos el fragmento de habla que se muestra en el par de ejemplos (4a) y (4b). En el ejemplo (4a), se han quitado a propósito todas las formas explícitas originales de ella que aparecen en la entrevista – no hay ninguna de él. En el fragmento, la hablante cuenta que su mamá decidió interrumpir su tratamiento de diálisis por el agotamiento y dolores físicos que le causaba tener que trasladarse de una localidad a otra para recibirlo, además de las inconveniencias que implicaba viajar con equipo médico adherido al cuerpo y el desgaste emocional que todo le provocaba:
Analicemos el contenido de (4a). En este fragmento se identifican claramente dos referentes: la hablante, identificada con la forma yo, quien es la hija que cuenta lo que ha visto y escuchado, y su madre, identificada con el sintagma nominal mi mamá y quien ha experimentado los hechos que se narran. De ellas dos, de quien se sabe más información es de la mamá. En el pasaje se describen sus padecimientos y sufrimientos de su enfermedad mortal (se retorcía de dolor, un dolor horrible, mi mamá con la bolsa roja de siempre), así como las experiencias desagradables por las que pasó en los hospitales (prefería morirse más tranquila que sufriendo), además de la decisión que tomó de suspender su tratamiento médico para poder estar en su casa. La abundancia de información sobre la madre nos confirma que su identificación no es problemática. Es cierto que también se sabe de algunos eventos en los que participan unas personas no identificadas plenamente, o sea, no se sabe quiénes son (la han tratado allá, la hicieron que firmara, le dijeron), pero esta información no es relevante en la enunciación, pues lo que sí se señala es la afectación de la madre por estas acciones, con las formas la y le. Ahora bien, para confirmar que la presencia de ella no se necesita para identificar a la madre, enfoquémonos en el contenido de la primera intervención de la hablante en (4b). En las primeras líneas de la transcripción, en la secuencia de acciones se retorcía de dolor, se le escurrían las lágrimas, se recuperaba del estudio, en realidad no hay una señal que identifique a ninguna de las mujeres, pero es posible inferir, con ayuda de se y le que estos eventos están asociados con la mamá, pues estas dos formas señalan a una entidad singular que no es la hablante ni su oyente, los otros dos únicos referentes humanos singulares que participan o se mencionan en la conversación, aparte de la madre enferma. Por su parte, para las formas verbales regresaba y devolverse, se podría argüir que regresaba es una forma verbal cuya flexión solo señala que el referente que realiza la acción es una persona (y no dos, o más), pero como no señala si es el hablante o la persona de quien se habla, bien podría caber aquí una expresión de ella; un argumento similar podría proponerse para devolverse, puesto que el verbo aparece en su forma base y se, en este caso, no proporciona información respecto a qué entidad es la que realiza el movimiento, si el automóvil o una persona. Dadas las circunstancias, también cabría considerar si aquí una mención explícita de ella es necesaria. Pero ya antes demostramos que no se necesita ninguna mención de ella para identificar a los referentes de este fragmento. La segunda parte del ejemplo continúa enfocándose en la mamá, ahora en sus decisiones y las consecuencias que conllevan. En esta parte, los verbos describen el proceso desde que la madre consideró suspender su tratamiento hasta que tomó la decisión de hacerlo (dejó eso hace muchos años, dice que si se va a morir, prefería morirse más tranquila, etc.). Además, cuando hay verbos conjugados en plural, éstos aparecen precedidos por un pronombre de tercera persona singular, como en le dijeron, y, además, femenino, como en la han tratado, la hicieron, lo cual contribuye, una vez más, a identificar al referente de quien se habla a lo largo de la enunciación: la mamá. La identificación del referente al que se hace mención no es problemática
En total, se registran cinco expresiones de ella. En vista de que, como se mencionó al principio de este trabajo, Deixis se define como “la fuerza con que el oyente es instruido para buscar al referente del pronombre” (García, 1975, p. 65), entonces Deixis Alta podría implicar “la mayor fuerza” con la que se instruye al oyente que busque al referente de él/ella. Pero como se demostró con la explicación de (4a), la identificación del referente al que se hace mención en este fragmento no es problemática, no hay que hacer un esfuerzo en identificarla. En otras palabras, la explicitación de ella en: ella dejó eso hace muchos años y en ella firmó, así como en ella no estaba nada bien y ella decidió no ocurre porque sea problemático identificar al referente mi mamá; tampoco se necesita una “mayor fuerza” en la instrucción, pues, como se ha hecho evidente, existen otras señales e inferencias que ayudan a identificarlo a lo largo del pasaje. Más aún, si esto fuera así, el analista esperaría que hubiera una forma explícita de ella en ahí está, pero no es así, el hablante no recurre al significado de esta forma en ese entorno. Entonces, ¿cuál es la motivación de la hablante para recurrir a cinco formas explícitas de ella en el fragmento de (4b)? Las estrategias que García (1975, 1983, 1996) propone no logran responder por qué se necesitaría recurrir al significado Deixis Alta si la identificación del referente no es problemática ni difícil; todavía queda sin explicar cuál es la contribución de ella en este pasaje. La necesidad de postular un nuevo significado Al cotejar cada una de las estrategias comunicativas propuestas por García con datos del español de México, el análisis arroja un resultado distinto al reportado en los trabajos anteriores: en todos y cada uno de los casos en que se examina la explotación de la señal él/ella el referente o antecedente con que se asocia es obvio, no es problemático ni difícil de identificar y, además, es relevante a lo largo del discurso. Del mismo modo, se ha visto que en situaciones en las que se esperaría que el hablante recurriera al significado Deixis Alta propuesto por García para resolver el problema de la referencia e identificar de quién se está hablando, no lo hace; es decir, se queda sin resolver, tal y como es en el caso del ejemplo (3b) con ahí está, en donde la referencia (si es que hay una) queda sin identificarse. En este sentido, los análisis también muestran que hay formas lingüísticas que sí identifican referentes, como los sustantivos o sintagmas nominales, y hay otras que contribuyen a inferir su identificación, como las formas como la, le, se, los posesivos o algunas flexiones verbales; y, en general, todas y cada una de las señales que conforman la enunciación. Una nueva hipótesis de significado para él/ella Más bien, y según nuestras observaciones, la presencia de él/ella destaca una entidad que está bien identificada y es relevante a lo largo del discurso, o sea que no es problemática ni difícil de identificar y, además, está en la mente del interlocutor. Ilustramos nuestra propuesta, ahora, con el análisis del fragmento de habla que se presenta en (5a) y (5b), en donde el hablante narra la visita de una servidora pública de la ciudad de México a su barrio, quien entre sus planes está eliminar un campo de fútbol en el área. Para llevar a cabo el análisis, en (5a) se han omitido las expresiones de ella a propósito:
Después de leer (5a), notamos que los sintagmas nominales Dolores Padierna, esta mujer y delegada establecen la identificación inequívoca de la entidad referencial más destacada de este fragmento. No solo se explicita su nombre y apellido, sino que también se enfatiza su característica de ser humano del género femenino y, además, se especifica su cargo público; se está hablando de Dolores Padierna, un referente muy bien identificado. Además, es quien va al barrio del hablante y quien tiene el poder para modificar el paisaje urbano del lugar, incluso eliminar un espacio público como el campo de futbol. En realidad, en este fragmento no hay ninguna situación en la que Dolores sea difícil de identificar, o en la que su referencia sea problemática; tampoco hay una situación en la que tenga que distinguirse entre muchos otros referentes, o en la que no sea obvia su referencia. Sin embargo, el hablante recurre a la expresión de ella (resaltada en negritas) una vez en este fragmento (5b):
Como se observa en este pasaje, la presencia de ella atrae la atención, destaca aún más una entidad que ya ha sido plenamente identificada: la delegada Dolores Padierna, quien está presente en la mente del interlocutor (esta mujer, delegada) y se ha mantenido relevante a lo largo del discurso por la información provista con anterioridad. El hecho de que el resultado del análisis de (5a) y (5b) sea similar al de los pares analizados en la sección 3, confirma que en los análisis de García (1975, 1983, 1996) hay una discrepancia entre el significado propuesto para él/ella (Deixis Alta) y las estrategias comunicativas asociadas con su utilización. En todos y cada uno de los ejemplos revisados, notamos que la presencia de él/ella:
Para reiterar, en estos ejemplos, las formas él/ella no identifican antecedentes o referentes relevantes para el mensaje. Más bien, lo que sí encontramos es que la presencia de él/ella destaca una entidad que ya ha sido identificada y tiene prominencia discursiva, también señala más atención para este referente en el discurso del que ya forma parte. De esta manera, una nueva hipótesis de significado para la señal él/ella bien puede presentarse por ahora como sigue:
Conclusiones Al formular una y otra vez las preguntas: ¿Qué motiva al hablante a expresar él o ella cada vez que lo hace? ¿Cuál es la contribución de él/ella en el discurso?, nos hemos dado cuenta que el hablante utiliza estas formas para destacar una entidad que ya ha sido identificada y tiene prominencia discursiva y, también, atrae más atención hacia este referente en el discurso del que ya forma parte. Los resultados obtenidos de la examinación de los datos sientan las bases para rechazar la hipótesis de significado Deixis Alta para explicar la utilización de él/ella por parte del hablante para sus fines comunicativos y, así, reformularla a la luz de las nuevas evidencias obtenidas en este trabajo. Ahora, el siguiente paso será, siguiendo la metodología de la EC, validar mediante el análisis la nueva hipótesis de significado para la señal él/ella. |
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NOTAS: [1] En oposición al de Deixis-Baja, atribuido a la forma se, que señala que la identificación del referente no es relevante para el mensaje, muchas veces debido a la obviedad del mismo, y que queda fuera del ámbito del presente trabajo. [2] Traducción mía. [3] Traducción mía. |
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Universidad de Guadalajara Departamento de Filosofía / Departamento de Letras |
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