Deconstruir las novelas de la Regencia.

Deconstructing Regency Novels.

 
 

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Iraida Thalia Almaral Cereijo
Universidad de La Habana (CUBA)
CE: italmaral98@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-8610-7105

Ida María Ayala Rodríguez
Universidad de La Habana (CUBA)
CE: imayala@flex.uh.cu, imar82017@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-7101-0159

 

DOI: 10.32870/sincronia.axxvii.n83.24b23  
 

Recibido: 31/03/2023
Revisado: 12/04/2023
Aprobado: 16/05/2023

 
 

Cómo citar este artículo (APA):

En párrafo:
(Almaral y Ayala, 2023, p. __)

En lista de referencias:
Almaral, IT., Ayala, I.M. (2023). Deconstruir las novelas de la Regencia. Revista Sincronía. XXVII(84). 555-586 DOI: 10.32870/sincronia.axxvii.n83.24b23

 

 

Resumen.
Las reflexiones de Austen sobre la dependencia de la mujer respecto al matrimonio y las críticas a la sociedad de su época marcaron definitivamente las novelas de la Regencia. Sin duda, su obra es un hito en la literatura inglesa. Como ejemplo de la herencia de Austen, Julia Quinn llega al siglo XXI y nos traslada a aquella época. Los deconstruccionistas sostienen que no hay un único significado posible para un texto, sino múltiples y contradictorios. (Valdés, 2016). La saga Bridgerton de Julia Quinn ha vuelto a llamar la atención sobre el género de la novela de Regencia. Nos centramos en El duque y yo para constatar que existe una evolución en las novelas románticas de la Regencia desde Jane Austen, a Georgette Heyer y, a Julia Quinn a través del análisis de El duque y yo desde un enfoque deconstruccionista. Con puntos de vista similares, pero estilos diferentes, las tres autoras otorgan cualidades feministas a sus heroínas. Daphne se convierte en una verdadera y sólida heroína dentro del romance de Regencia que llena los zapatos de una feminista que vive en el siglo XIX consciente de la importancia del matrimonio, pero siempre que sea bajo sus términos.

Palabras clave: Regencia. Deconstruccionismo. Feminismo.

Abstract.
Austen’s own thoughts about women’s dependence on marriage, as well as criticism about the society of her time definitely marked the Regency Romance. Undoubtedly, her work is a milestone in English Literature. As a case in point of Austen’s heritage, Julia Quinn arrives in the 21st century and takes us back into that epoch. Deconstructionists argue that there was not one possible meaning for a text but multiple and contradictory meanings. (Valdés, 2016). Julia Quinn’s Bridgerton saga has brought attention to the genre of the Regency novel once again. We focus on The Duke and I, first book of the Bridgerton saga to ascertain there is an evolution in the Regency romance novels from Jane Austen to Georgette Heyer and to Julia Quinn through the literary analysis of The Duke and I from a deconstructionist approach. Having similar points of view, but different styles the three authors give feminist qualities to their heroines. Daphne deviates from Emma and Sophy and becomes a true, solid heroine within the Regency romance. This Bridgerton heroine fills the shoes of a feminist that lives in the 19th century aware of the importance of marriage, but as long as it is under her terms.

Keywords: Regency romance. Feminism. Deconstructionism.

 
 
 

Sección
En la categoría literaria las Bellas Letras, se han realizado disímiles investigaciones, pero antes de considerar que queda poco por hacer, se debe tener en cuanto que existen muchos criterios que se deben ser tomados en cuenta. Diariamente se publican nuevas obras literarias, se comercializan libros impresos y e-books en internet. En nuestra actualidad la edición y publicación de libros es un negocio sólido, aunque la forma de comercializarlos ha cambiado mucho, la magia de la literatura no pierde su esencia. En investigaciones anteriores, se analizó la literatura escrita por mujeres, especialmente la literatura inglesa del siglo XIX. fue una decisión acertada seleccionar a Jane Austen, una escritora reconocida internacionalmente y que ha sido objeto de varias investigaciones, es fácil de entender por qué sus cualidades como escritora no se pueden ignorar. Entre las intrigas y travesuras de Emma Woodhouse, nos enteramos de los pensamientos de la propia Austen sobre la dependencia de la mujer del matrimonio, así como de las críticas a la sociedad de su época. Marcó un antes y un después en el género Romance de Regencia y en la literatura inglesa. Su trabajo trascendió y fue heredado por otras escritoras que le dieron fuerza al género y se convirtieron en sus herederas.

Georgette Heyer es una de las herederas de Austen y una de las escritoras más aclamadas del siglo XX. A pesar de que es prácticamente desconocida en países de habla hispana, Heyer se ganó un lugar entre las escritoras inglesas más destacadas de todos los tiempos. Heredó el amor de Jane Austen por las novelas románticas y criticó a la sociedad de una forma más directa que Austen. Ambas autoras tenían mucho en común; sin embargo, debemos hacer esta distinción: Jane era única, Georgette era audaz. Es interesante cómo estas dos escritoras encontraron sus pasiones escribiendo novelas de la Regencia siendo de siglos diferentes, pero sus enfoques eran el mismo, el mismo significado solo que con palabras diferentes. Este hecho condujo nuestra investigación a un nuevo cuestionamiento, ya que en este siglo podemos encontrar a nuestra propia Jane Austen, como la mayoría de la gente ha publicado en varias redes sociales y artículos. La autora de la saga Bridgerton (2015), Julia Quinn, es la sensación del momento. Sus libros han vuelto a llamar la atención sobre el género de la novela de Regencia. Definitivamente ha cautivado al público y esto nos ha obligado a replantearnos el género al que Austen dio vida. Por ello, nos hemos centrado en tomar El duque y yo, primer libro de la saga Bridgerton, como objeto de estudio en este trabajo. Al igual que estos tres escritores, hubo otros con carreras increíbles y que han llenado la literatura inglesa de grandes libros. A pesar de que este género reporta asombrosas cantidades de ingresos a la industria editorial y de la edición, sigue estando infravalorado y menospreciado. Julia Quinn ha sido víctima de ello en nuestros días. Sin embargo, el papel de estas tres escritoras como representantes de este género en sus siglos evidencia que ha evolucionado incluso ante los ojos del público.

Dicho esto, nuestro objetivo es constatar que existe una evolución en las novelas románticas de la Regencia desde Jane Austen hasta Georgette Heyer y Julia Quinn a través del análisis literario de El duque y yo desde un enfoque deconstruccionista. La Deconstrucción propone el análisis crítico de los fundamentos de un sistema para demostrar que es incoherente, poco fiable y maleable. Los deconstruccionistas sostienen que no había un único significado posible para un texto, sino múltiples y contradictorios. (Valdés, 2016)

Para el desarrollo de este trabajo se utilizarán los métodos de análisis crítico bibliográfico y referencial; método histórico-lógico, para establecer cómo la sociedad y los acontecimientos de la época de la Regencia influyeron en la autora y en su obra; método de inducción-deducción; análisis literario desde un enfoque deconstruccionista, para determinar cómo la autora combina su pensamiento moderno, las críticas sociales y los conflictos relacionados con las mujeres de la época de la Regencia y del siglo actual aportando originalidad a su obra de ficción; y método comparativo, para analizar la evolución del género de la novela romántica de la Regencia a través de la comparación de Emma, The Grand Sophy (1950) y The Duke and I (2015).

Ficción comercial vs ficción literaria
Según Meyer & Miller (2020), podría decirse que la mejor ficción literaria se compone de las obras que están dispuestas a llevar esas convenciones hasta sus límites, o a romperlas, o al menos a revelar una aguda conciencia de cómo proporcionan el marco para una historia que es distintiva e importante. La ficción literaria es tanto un arte como un oficio, y quienes la practican experimentan la libertad que entusiasma a los artistas, aunque sean en cierto modo conscientes del mercado que les proporcionará lectores... y un medio de vida.

Antes de definir qué es el romance y, en especial, el romance de regencia, debemos aclarar qué es la ficción comercial y la ficción literaria, así como a cuál de ellas pertenece el romance de regencia. En primer lugar, la ficción comercial suele caracterizarse como "literatura de evasión", es decir, esta sigue un patrón de expectativas convencionales del lector. Las novelas románticas, los westerns, la ciencia ficción e historias de detectives son todos ejemplos de ficción comercial; aunque los detalles de las historias individuales varían, los ingredientes básicos de cada tipo son los mismos. La ficción comercial ofrece finales felices (el héroe "consigue a la chica", el detective resuelve el caso), entretiene a un público amplio y se vende tremendamente bien. (Meyer & Miller, 2020) Hay razones suficientes para calificarla de "literatura de evasión". Por ejemplo, en el caso del Romance, las mujeres son el sexo predominante en su público. Si lo analizamos objetivamente, ellas se identifican con estas tramas, sobre chicas jóvenes y atractivas que se enamoran de hombres jóvenes y guapos, porque creen que no está disponible en su realidad. Por otro lado, la ficción literaria se caracteriza por mostrar lo que pensamos y esperamos que sea el mundo. En algunos casos, es oscura y desamparada, como en “The Ones Who Walk Away from Omelas” (Los que se alejan de Omelas), de Ursula K. Le Guin. Es una literatura poderosa que se centra en el desarrollo de un personaje y no tanto en el desarrollo de la trama. A pesar de que no es tan consumida como la ficción comercial, tiene su público y cuando se establece en el mercado, los reclamos por más obras literarias no cesan. Sinceramente, a la mayoría de los autores de ficción literaria les lleva tiempo hacerse de un hueco en el mercado. Lo cierto es que los libros de ficción comercial ofrecen un gran placer a sus lectores, y de vez en cuando deparan ciertas sorpresas. Por ejemplo, en cuanto empezamos a leer Emma, todos reconocemos a Emma Woodhouse como nuestra heroína, y sabemos que causará algún conflicto durante la trama de la historia a medida que vamos conociendo su carácter. Lo mismo ocurre en The Grand Sophy (1950), como ya se ha comentado en investigaciones anteriores.

La ficción literaria no está lejos de ser apasionante. Por ejemplo, esta utiliza metáforas, símbolos u otros recursos estilísticos para despertar la motivación y el impulso de los lectores a continuar la lectura. Otra característica importante es que la ficción literaria no está sujeta a seguir algún patrón conservador. Tiene su libre albedrío para llevar la imaginación de escritores y lectores a escenarios impactantes. No obstante, esto puede variar, los escritores modernos de ficción comercial han aprendido a liberarse de esos convencionalismos. La perspectiva contemporánea del mundo ha hecho posible que algunos géneros y subgéneros evolucionen. Del mismo modo, los nuevos escritores de nuestro tiempo han mezclado su visión con lo que han hecho sus precursores. Sorprendentemente, algunos de ellos han dado excelentes resultados como la autora de The Duke and I (2015), Julia Quinn.

Romance de regencia
Un elemento que debemos tener en cuenta es que los Romances de regencia no se consideran un género como muchos podrían pensar, sino un subgénero del Romance. Las novelas están ambientadas en Inglaterra durante el periodo de la Regencia[1], y la mayoría de ellas se centran en una clase social concreta (clase media-alta). Evidentemente, cada novela habla de la historia romántica entre los protagonistas, pero hay más elementos para analizar, tramas interesantes en las que a menudo se critica a la sociedad y se cuestionan las actitudes morales de esta clase social. Asimismo, se analiza y critica la posición de la mujer en la sociedad y las desventajas del resto de las clases sociales bajas.

Romance de regencia en el siglo XX
El siglo XX, período de asombrosa aceptación de los romances de Regencia, fue testigo del aumento de la popularidad de este tipo de novelas. La Primera Guerra Mundial dio la oportunidad a este subgénero de hacerse más popular. En 1919, E. M. Hull[2] publicó una de las novelas más famosas de la época, The Sheik (El Jeque). En 1920, la historia fue adaptada al cine, otro hecho que ayudó a que el romance de regencia estuviera en el punto de mira del público. Un año después, otra increíble autora hizo un excelente uso de su talento y publicó The Black Moth (La polilla negra). Se llamaba Georgette Heyer. Se ganó fácilmente el favor del público y se convirtió en una autora exitosa. En cuanto se adentró en el romance de regencia, los expertos reconocieron la influencia de Jane Austen en su obra.

Podemos preguntarnos, ¿cómo pudo ser tan popular el romance de regencia en aquella época en la que la sociedad tenía costumbres diferentes? Las mujeres aún no tenían el derecho a tomar decisiones que no dependieran del matrimonio; algunas otras cosas eran más fáciles; por ejemplo, no tenían que ocultar su nombre de la sociedad para ser escritoras o artistas; la mayoría de ellas podían conseguir títulos universitarios incluso durante su matrimonio; unas pocas tuvieron la oportunidad de graduarse en medicina, ingeniería, periodismo y otras incluso pudieron ser reconocidas como grandes científicas. Sin embargo, la sociedad nunca alejó los prejuicios contra las mujeres por ser más independientes o exitosas. Hubo casos en los que no les dieron crédito por sus logros, sólo porque eran... mujeres.

Romance de regencia en el siglo XXI
Hoy en día, estas historias tienen aún más influencia en el público. Aunque no son las favoritas de todos, la lectura de estas se ha vuelto una actividad popular en el siglo XXI. Varios romances de regencia han sido adaptados a largometrajes, series y podcasts, lo que representa un buen campo de inversión con un público cada vez mayor. Todos los libros de Jane Austen se han adaptados a obras de teatro, películas y series. Por ejemplo, Orgullo y prejuicio es siempre aclamada, especialmente la adaptación de 2005. Emma y Persuasión se han estrenado recientemente con nuevas adaptaciones. En el caso de Georgette, ninguno de sus libros ha sido adaptado al cine o televisión.

Esto puede traer ciertas interrogantes, por ejemplo, ¿cómo es posible que estas novelas históricas tengan tanta popularidad en nuestro siglo, donde todo es más complicado? La vida cotidiana, el romance, el trabajo, la familia, todo es tan exigente y difícil hoy en día ¿Cómo es posible que la gente se sienta identificada con estas historias tan ajenas a nuestra perspectiva moderna? Lo interesante es preguntarse qué hacen los autores actuales para ser originales en este tipo de historias cuando hay tantos clásicos increíbles que se continúan adueñando del mercado. Podemos decir que la Regencia tiene su magia particular.

Desde 2020, la serie de televisión de Netflix Bridgerton ha captado la atención de la audiencia. La serie de televisión está basada en la saga Bridgerton de Julia Quinn (2015), compuesta por ocho libros. Cada uno de ellos transmite la búsqueda del amor verdadero de cada uno de los hijos e hijas de los Bridgerton. Cada historia resulta fascinante e inclusive adictiva para el lector. Al igual que los libros, la serie está bien estructurada, la trama genera controversia y se utilizan con cuidado las diferentes perspectivas desde las que se cuentan. La política de inclusión también se aplicó con profesionalidad y maestría durante la realización de la serie. En algunos episodios la historia se cuenta desde una perspectiva femenina, y eso ayuda a que el público se identifique con una época demasiado distante de la actualidad. Hasta ahora, la serie cuenta con dos temporadas, aunque se espera una tercera para mayo de 2023.

Julia Quinn: la nueva heredera
Julia Quinn se convirtió en una de las mayores exponentes del subgénero de esta época como para ser comparada con Austen. Nació en 1970 en Nueva Inglaterra. Pasó la mayor parte del tiempo en California tras el divorcio de sus padres. Julia era una lectora empedernida, pero su padre no estaba de acuerdo con los libros que escogía para leer. La retó a que demostrara qué bien podían aportarle esos libros para ganarse la vida. Ella se lo tomó con seriedad y comenzó a escribir.

Se graduó en Historia del Arte en Harvard. Entonces, decidió ingresar en la Facultad de Medicina de Yale. Julia tuvo que esperar dos años antes de entrar en la carrera y durante ese tiempo escribió dos novelas y cuando finalmente entró en Yale ya había publicado tres libros. A partir de entonces, Julia decidió que quería ser escritora, no médico. Quinn se considera feminista y dota a sus heroínas de cualidades feministas que no son necesariamente fieles a las actitudes más prevalentes de la época en que se ambientan sus novelas. Sus libros resultan humorísticos e ingeniosos, incluso algunos la comparan con Jane Austen por esta razón. A pesar de que la sitúan cerca de Austen, ha manifestado en varias ocasiones que sus mayores influencias fueron escritoras del siglo XX como Loretta Chase y Judith McNaught. En 2003, apareció en la revista Time, un logro que pocos escritores de novela romántica han conseguido. En 2005, Publishers Weekly le dedicó a To Sir Phillip, With Love (2017b) una reseña con estrellas poco común, y más tarde la nombró una de las seis mejores novelas originales para el mercado de masas del año. En 2007, ganó el premio RITA de la Asociación de Escritores de Novela Romántica de Estados Unidos (RWA por sus siglas en inglés) por On the Way to the Wedding (Buscando esposa) (2017a). Al año siguiente volvió a ganarlo por The Secret Diaries of Miss Miranda Cheever (Los Diarios Secretos de Miranda). En 2010, volvió a ganar ese premio y en ese momento se convirtió en la miembro más joven y ahora es una de las 16 autoras que han entrado en el Salón de la Fama de la RWA.

En la lista de libros más vendidos de Nueva York ha aparecido cada uno de los últimos 17 libros que ha escrito Julia, siendo Mr. Cavendish, I Presume el número uno de las listas. Por supuesto, la sensación del título de Netflix Bridgerton de Shonda Rhimes[3] ha estado en boca de todos. Vive en Seattle, Washington, con su marido Paul y sus dos hijos.

Teoría de la deconstrucción
El término "deconstrucción" fue acuñado por primera vez por el filósofo alemán Martin Heidegger. Sin embargo, Jacques Derrida, quizás el mayor filósofo del siglo XX, dio un significado especial al término y creó una nueva teoría: La Teoría de la Deconstrucción. Deconstruir no significa destruir, romper o descomponer, sino tomar algo y analizar sus componentes por separado. Derrida destacó que la Deconstrucción no es un método, ni un acto, ni una operación. Así la definió:

"¿Qué es la deconstrucción? Nada, por supuesto. (...) (Derrida, 1991, p. 275)
(...) la deconstrucción no consiste en un conjunto de teoremas, axiomas, herramientas, reglas, técnicas, métodos... no hay deconstrucción, la deconstrucción no tiene un objeto específico... (...) ...la deconstrucción no es ni un análisis ni una crítica. ... Yo diría lo mismo del método. La deconstrucción no es un método y no puede transformarse en uno.... También debe quedar claro que la deconstrucción ni siquiera es un acto o una operación..." (Derrida, 1991, p. 218)

La teoría cobró importancia no sólo para la Filosofía, sino también para el estudio de las lenguas. Como explicó Derrida, casi todo en Filosofía ocurre en la escritura. (Derrida, 1991) Lo que hace que sea tan interesante es la existencia de oposiciones, lo que confirmó el pensamiento de Derrida sobre las lenguas como un sistema inestable e indeterminado. La primera oposición binaria establecida por Derrida fue el habla/escritura. Esto demostró cómo existe una contradicción interna en los lenguajes (estructuralmente necesaria para producir sentido y significado a un texto), donde en las oposiciones de conjuntos binarios hay una jerarquía establecida; la primera mitad de la oposición es el centro y tiene ventaja sobre la otra mitad. De acuerdo a esto, Derrida se dio cuenta de que un texto puede ser invariable hasta el primer momento en que se lee. Como las lenguas evolucionan constantemente, un texto varía en función de los lectores o de los objetos externos. La ideología de una persona, el contexto en el que se escribe o se lee el texto son factores externos que influyen en el significado de dicho texto. Por tanto, llegó a la conclusión de que un texto tiene infinitos significados. La teoría de la deconstrucción dio la oportunidad de interpretar textos desde diferentes perspectivas. Con esta teoría, los especialistas pudieron analizar el arte en general estudiando cada componente, encontrando sus contradicciones entre ellos y demostrando sus incongruencias.

Hubo varias influencias de otras mentes en la teoría de la deconstrucción de Derrida, como Ferdinand du Saussure y Friedrich Nietzsche. De Saussure, Jacques Derrida aprendió a aplicar esta teoría a la filosofía del lenguaje en general. Asimismo, estuvo de acuerdo en que una lengua es un sistema de signos y palabras, y sólo tiene significados por el contraste entre estos signos. En consecuencia, enfocó esta idea a la jerarquía violenta que definió en el uso de oposiciones binarias establecidas. En la cultura occidental, según expuso, la gente expresa sus ideas en términos de oposiciones. Así pues, la primera tarea de esta teoría es encontrar y anular estas oposiciones en los textos.

El libro Daybreak de Nietzsche (1997) expresaba una contradicción más profunda que se produce entre la moral de los hombres y su comportamiento. Sostuvo que los filósofos siempre intentan perseguir la razón y la lógica, pero al final, lo que siempre encuentran es la irracionalidad. (Nietzsche, 1997) Esta idea fue otro punto de partida para la teoría de la deconstrucción de Derrida. Sin embargo, él fue más allá de la ideología de Nietzsche.

Deconstrucción en la literatura
Varios autores incursionaron en la teoría de la deconstrucción y a menudo se centraron en su aplicación en la literatura. En este caso, la deconstrucción se ha identificado no sólo como crítica literaria, sino también como enfoque literario. "Un enfoque literario que utiliza el examen crítico de la base de un argumento con el propósito de revelar su insuficiencia". (Valdés, 2015, p. 19)

La deconstrucción en la literatura implica una lectura minuciosa de los textos para demostrar que cualquier texto tiene significados contradictorios en lugar de ser un todo unificado y lógico. El propósito principal de utilizar la deconstrucción como enfoque literario es determinar estos significados contradictorios dentro del texto de tal manera que su relación quede en entredicho. Como define J. Hillis Miller, un deconstruccionista contemporáneo: "La deconstrucción no es el desmantelamiento de la estructura de un texto, sino la demostración de que ya se ha desmantelado a sí mismo. Su suelo aparentemente sólido no es roca, sino aire delgado". (Miller, 1976, p. 30).

La deconstrucción también se creó para (re)leer de nuevo los textos de filosofía. El mismo principio se utiliza en literatura cuando pretendemos analizar un texto a través de este enfoque. La deconstrucción es un medio para cuestionar lo que nadie ha cuestionado antes. "Por lo general, la deconstrucción de un texto literario tiene dos objetivos principales [...]: (1) revelar la indecidibilidad del texto y/o (2) revelar las complejas operaciones de las ideologías de las que está construido el texto." (Tyson, 2006, p. 259)

La teoría de la deconstrucción ha tenido un gran impacto en el análisis y el estudio de los textos y las obras literarias como tales.

Deconstrucción en personajes
Estudiar el personaje de un libro desde un enfoque deconstructivo significa tener en cuenta varios elementos. Siempre dependerá de cómo enfoques tu análisis. La literatura ofrece un espectro de posibles opciones sobre las que investigar constantemente. Un personaje es un objeto de estudio perfecto si queremos poner en práctica la teoría de la Deconstrucción. Una investigación anterior nos dio la razón y así se hace en esta investigación actual, pero son tres los personajes en cuestión para apuntar su objetivo: Emma Woodhouse, Sophy Stanton-Lacy y Daphne Bridgerton.

Tal y como Derrida nos ha enseñado, debemos establecer los componentes del objeto de estudio. En este caso, los elementos que debemos considerar son los orígenes del personaje, sus motivos y el análisis de las implicaciones y consecuencias de su comportamiento. Es cierto que algunos arquetipos se utilizan para crear personajes que podemos haber leído en libros. Estudiarlos desde un enfoque deconstructivo exige analizar a los personajes en situaciones de la vida real o en contextos diferentes al que fueron escritos. Casos como el del héroe reservado y apuesto cuyo nacimiento predice una antigua leyenda y significa el equilibrio del mundo y el fin de los tiempos oscuros. Algunos se lo imaginan alto, rubio o moreno, de intensos ojos azules, con una excelente condición física y ese complejo de ser el salvador de todos. Se trata de un arquetipo de personaje demasiado utilizado; sin embargo, cuando este tipo de personaje no sigue las mismas raíces de las que fue creado, existe una clara oportunidad de encontrar en él una deconstrucción.

Imaginemos que este personaje es delgado, aún guapo, ojos oscuros, no tan alto, pero tiene sentido común y es realmente empático con los demás. Es rico y ha disfrutado de todo el placer de vivir en una familia acomodada hasta que pierde a alguien importante o alguien, en quien confiaba se lleva todo lo que tenía su familia. Entonces es cuando nace el héroe y busca venganza, convirtiéndose en la persona que la leyenda decía que sería. Cuando este personaje se desvía de las raíces originales, se produce una clara deconstrucción del arquetipo original. Posteriormente, hay una nueva creación, hay un nuevo personaje, y para entender esto, necesitamos estudiar cada componente y los orígenes del arquetipo de personaje, que es uno de los principales objetivos de la teoría de la deconstrucción. En el caso del romance de regencia, podemos encontrar varios personajes, nuevas creaciones como esta que sucedieron a otras y variaron las raíces y arquetipos originales. Tal estudio lo vamos a realizar con las tres heroínas que mencionamos anteriormente para constatar que existe una evolución en el subgénero de romance de Regencia.

Análisis literario de El Duque y yo
Entre todos los romances de Regencia que he analizado hasta ahora, el Duque y yo (The Duke and I) nos ha sorprendido favorablemente. Cuenta la historia de Daphne Bridgerton y Simon Basset, el duque de Hastings. Ambos personajes están completamente lejos de ser perfectos, pero al final, son imperfectamente perfectos para la historia que Julia Quinn escribió. Daphne aprendió desde muy pequeña que, cuando fuera mayor de edad, se casaría con un hombre respetable y rico. Ese era su deber para con su familia y consigo misma. Sin embargo, viendo el ensimismamiento de sus padres, nadie le dijo que las palabras matrimonio y amor eran antónimas. Algún día se casaría, pero con un hombre al que amaría o al que al menos aprendería a amar, aunque no supiera lo que significaba amar a alguien. Simon Basset es lo opuesto de Daphne. Nunca supo lo que era el amor, menos el de su familia y por eso jura que nunca tomará esposa ni engendrará un heredero. Esta historia tiene varios elementos atractivos que quizá no hayamos visto en otros romances de regencia y que se mostrarán en secciones posteriores.

Tema: La lucha de las jóvenes de clase media-alta por encontrar un marido adecuado y casarse, como una forma de cumplir con su deber para con su familia y la machista sociedad inglesa de principios del siglo XIX.

Argumento
The Duke and I (2015) comienza con un prólogo sobre el nacimiento de Simon Basset y cómo creció sin el afecto y el apoyo de su padre y la ausencia de su madre. Por desgracia, nunca la conoció debido a su muerte durante el parto. La infancia de Simon es triste y cruel; ni siquiera el señor Darcy (Orgullo y Prejuicio) puede competir con los traumas de Simon. En realidad, tiene derecho a ser arrogante y malhumorado si quiere, pero aun así Simon creció siendo un buen hombre. Cuando tenía 4 años su padre se enteró de que era tartamudo y desde entonces no le dirigió la palabra más que para decirle que su hijo había muerto y que renegaría de él delante de cualquiera si alguna vez volvían a encontrarse. Creció con odio en su corazón y por ello prometió destruir lo que era más importante para su padre, su ducado. Desde entonces, Simon se prometió a sí mismo que nunca se casaría ni tendría hijos, para que el ducado de su padre no tuviese herederos. Simón era muy leal a la hora de mantener su palabra, porque eso era lo más valioso que podía tener un hombre, su palabra, así que se propuso mantener esa promesa para siempre.

En el primer capítulo conocemos a la heroína de la historia, la hija mayor de la vizcondesa Bridgerton. Desde que fue presentada en sociedad, se dispuso a encontrar un buen candidato que la desposara, asunto que en el fondo de su corazón le asustaba demasiado. Al cabo de dos años, sólo recibió cuatro propuestas de matrimonio, pero ninguna de ellas era el tipo de hombre con el que quería pasar el resto de su vida. Gustaba a todos, incluso a los que le interesaban, pero nadie se sentía deslumbrado por ella como para pedir su mano. Excepto Nigel Berbrooke, que realmente la amaba. Sin embargo, era demasiado viejo, y no cumplía las expectativas de Daphne. Ciertamente, no era el hombre para la señorita Bridgerton. Pero, aun así, no podía resistirse a la idea de hacerla su esposa. Una noche, en el baile de Lady Danbury, el Sr. Berbrooke intenta aprovecharse de Daphne y con la ayuda del alcohol le confiesa su amor, pero no de una manera muy romántica y educada. Simon, que se dirigía (podríamos decir que se escondía de madres e hijas viciosas) a conocer a Lady Danbury y presentarle sus respetos, se encuentra con esta situación y en un intento de ayudar a Daphne, acaba presenciando cómo Mr. Berbrooke es noqueado por el puño de la señorita Bridgerton. A partir de ese primer y divertido encuentro, su destino estuvo decidido. Ambos se gustaron desde ese momento, y Simon sintió algo por Daphne desde que la vio. Ambos lo niegan desde entonces, pero a medida que avanza la historia se hace más difícil ocultar sus sentimientos. Cuando Simon se descubre que Daphne tiene problemas para encontrar una pareja adecuada, se le ocurre un plan que beneficiaría a ambos. Esa misma noche, le pide a Daphne que sea su falsa conquista y que le deje cortejarla. Con este plan, él no estaría disponible para el matrimonio y Daphne sería deseable para todos los hombres de la alta sociedad inglesa.

Al día siguiente, una fila de hombres estaba en la puerta de casa de los Bridgerton. Daphne aceptó el plan del duque y, según él, los resultados compensaban el esfuerzo. Simon hizo su parte, interpretó su papel, pero no podía evitar sentir celos de los otros solteros o evitar la necesidad de estar cerca de Daphne Bridgerton. De sus siete hermanos. Anthony, el mayor y mejor amigo del duque, conocía el plan, pero en el fondo de sus entrañas sabía que no era una buena idea.

Anthony tenía razón. Simon deseaba a Daphne con tanta locura que tarde o temprano iba a cometer un error. En la noche del baile de lady Trowbridge, ambos se vieron ahogados por la pasión que sus cuerpos exigían cada vez que se encontraban. Sin embargo, esta vez Simon no pudo contener sus deseos. Se besaron y se tocaron, hasta que Anthony Bridgerton apareció de la nada y casi mata a Simon por haber arruinado a su hermana. Era realmente difícil para Simon ocultar sus sentimientos a Daphne. De hecho, no podía aceptarlo, porque había jurado que nunca tomaría a una mujer en matrimonio, ni siquiera a Daphne Bridgerton. Ella no podía soportar la vergüenza, lo peor era saber que el duque nunca aceptaría su mano y lo que era más importante, él prefería morir en un duelo antes que casarse con ella. Al llegar a casa, su hermano Colin fue a su habitación y le dijo que había sido vista por varias personas cuando estaba con Simon. De alguna manera su ruina sería conocida por todos.

El duelo comenzó, Simon ya había decidido que iba a morir y que el ducado de su padre llegaría a su fin con su muerte, como siempre había deseado. Un minuto antes de que estuvieran a punto de disparar, Daphne apareció en un caballo y le explicó al señor Basset que habían sido vistos y que ella aceptaría sus condiciones solo si él se casaba con ella.

La boda fue corta y rápida, sin invitados, pero aun así se rieron y disfrutaron. La noche de bodas fue impagable y extremadamente divertida. Simon se rio cuando Daphne le dijo que sabía que, como no era capaz de tener hijos, no podía realizar el acto en sí para tener uno, pero le demostró que estaba equivocada. Lo que ocurrió a continuación puso a prueba los el amor y el corazón de ambos. Una noche, cuando disfrutaban el uno del otro, la duquesa descubrió que Simon le había estado mintiendo. Era capaz de concebir, solo que siempre pondría su semilla sobre la sábana, pero nunca dentro de ella. El corazón de Daphne se rompió en pedazos, el hombre que amaba se marchó sólo porque no quería tener una familia con ella o por un estúpido voto de venganza contra su padre.

En dos meses en Londres, Daphne sólo recibió una carta de su marido. Estuvo al servicio de la columna amarillista de lady Whistledown, siendo objeto de todos los cotilleos de Londres. La duquesa de Hastings sola en Londres y sin ver a su marido. Todo el mundo especulaba sobre ellos. Cuando estuvo preparada, escribió una carta a su duque y se la dio a su hermano mayor con la intención de que se pusiera en contacto con Simon. La carta sólo decía que estaba embarazada de él. Cuando Simon regresó, ella sufrió un accidente mientras montaba a caballo en el parque, pero sin consecuencias. En ese momento, ambos supieron que se necesitaban el uno al otro y Simon por fin se dio cuenta de que su padre seguía gobernando su vida y que merecía ser feliz con la mujer que amaba y que Daphne no pudo concebir a su hijo.

El final del libro es precioso, se prepararon para engendrar hijos. Simon supera sus miedos y confía en el buen corazón de su mujer. Deja que el amor entre en su vida a través de Daphne. Incluso mantuvieron la tradición Bridgerton. En el Epílogo el autor muestra que el duque y la duquesa son padres de tres niñas y un niño, el heredero de Clyvedon, y todos ellos nombrados ordenadamente según el orden de las letras del alfabeto.

Escenario
En cuanto al escenario de la novela, hay varios elementos a discutir. Uno de ellos es la línea temporal. En primer lugar, conocemos la fecha en la que comienza la historia gracias a los reportajes de Lady Whistledown en su periódico semanal. En cada comienzo de capítulo hay un reportaje de ella y, por supuesto, la fecha en la que todo sucede. Es interesante cómo todo sucede en casi cuatro meses (del 26 de abril de 1813 al 6 de agosto de 1813). La historia se sitúa en 1813, si recordamos que los romances de Regencia están de alguna manera conectados con alguna guerra; este justo es el caso de la guerra entre Francia e Inglaterra, pero el asunto es ligeramente tocado por la autora. En este caso, no hay ni una sola moción o mención sobre la guerra que Napoleón dirigió contra Inglaterra, salvo una alusión al conflicto entre británicos y americanos. Durante este periodo de tiempo hay un pasaje en la Historia del Reino Unido donde Napoleón lucha contra el Marqués de Wellington, lo que conocemos como la Batalla de Vitoria.

Hay otro fragmento de tiempo que se sitúa entre el último capítulo y el Epílogo. Es cuando nos enteramos de que el duque y la duquesa tienen cuatro hijos, tres niñas y el recién nacido heredero de Hastings. Desde el momento en que se resuelve la historia pueden haber pasado tres años, porque en el informe de Lady Whistledown encontramos la fecha "19 de diciembre de 1817".

El otro aspecto interesante es que hay demasiado movimiento en la novela. Los personajes realizan diferentes actividades. Pasan de un baile a otro, van de picnic, montan a caballo, viajan de una finca a otra e incluso de Londres al campo. Sin embargo, los incidentes más importantes ocurren en el interior, donde los diálogos fluyen amplios y con vasta información para los lectores.

The Duke and I (2015) es exquisita al mostrar el brillo y la elegancia de la Regencia inglesa. Uno puede llegar a sentirse atrapado en la vida londinense y en sus actividades. Hay demasiada vida nocturna en la novela, que lleva la sensualidad por los dedos de una época en la que aprendemos que las mujeres y los hombres cuidaban el honor, la dignidad y la discreción. Además, los espacios en que la novela se desarrolla son grandes, como los salones de baile, parques y las mansiones de las familias. Si se analiza con detenimiento, esta novela es el primer libro de una saga que presenta a varios personajes que vemos crecer y desarrollarse en las secuelas, incluso los secundarios.

En algunos fragmentos el narrador y otros personajes proporcionan información de lugares extranjeros, como Simon Basset cuando habla de sus viajes, o dan una vívida descripción de las habitaciones donde ocurrieron la mayoría de los hechos. El clima no tiene ningún papel elemental en la novela, ni siquiera para encajar con el humor o el estado de ánimo de los protagonistas. Simplemente, la autora no hizo uso de él.

Personajes
Los personajes de estas novelas se alejan un tanto de lo leído antes, que se puede asegurar que son la clave del éxito de este libro. Daphne Bridgerton, como personaje, en su esencia, es una "contradicción" porque lo que piensa y lo que hace a veces nunca está equilibrado. Por ejemplo, en muchas ocasiones los lectores encuentran en ella a una verdadera feminista, hasta que habla del matrimonio como la única razón por la que camina por este planeta. Es un personaje dinámico, de eso no hay duda. En realidad, a medida que avanza la historia, encontramos a esta joven heroína convertida en una gran y sabia mujer y duquesa. Sabe manejar situaciones difíciles y protegerse. Aun así, hay cosas que desconoce, como la naturaleza de los hombres, pero ¿qué mujer tiene conocimientos sobre lo que hacen, piensan o quieren los hombres? Sobre todo, si se trata de un hombre como Simon Basset. Es testaruda e ingeniosa. Desde su infancia fue entrenada para ser una esposa perfecta, y lo decía en serio. De hecho, es una mujer excelente, tan orgullosa de ser esposa, madre y no estar en total desacuerdo con las reglas convencionales de la sociedad. Se escucha la voz feminista cuando discute que una mujer nazca sólo para casarse y engendrar herederos, cuando una mujer podría hacer mucho más.

Me atrevería a decir que Simon Basset es el verdadero protagonista de esta novela. Es testarudo, decidido y realmente guapo. No conoce su interior, se ve arrastrado por un conflicto en su corazón, la venganza contra su padre y sus propios complejos. Él es quien realmente crece y se desarrolla en la novela. Aprende lo importante que es su amor por Daphne y por qué lo necesita tan desesperadamente. Gracias a Daphne, puede despejar su mente y olvidar todo ese odio que envenenaba su alma. A veces era fácil hacerle perder los nervios y el control. Cada vez que le consumía la ira, empezaba su tartamudez, y por eso no pudo tener una infancia normal. Sufrió el rechazo de su padre, así como sus palabras hirientes diciendo que su hijo estaba muerto para él. Sin embargo, era un niño brillante. Luchó contra su incapacidad para hablar. Se pasaba todas las horas entrenando sus órganos de fonación, músculos y temperamento para producir una frase completa. Por esa razón, la sociedad (the ton) malinterpretó su posición. Era común decir que el duque de Hastings era arrogante y malhumorado. Al fin y al cabo, después de su desafortunada infancia, creo que tenía todo el derecho a comportarse así.

Hay dos mujeres importantes en la novela que debo destacar. Ambos personajes son lo opuesto el uno del otro. Son planos y estáticos. Se llevan muy bien, principalmente porque tienen un papel maternal en la historia. A Lady Danbury siendo un personaje secundario, es decisiva en ocasiones. Fue una buena amiga para Simón y, de alguna manera, se ganó su respeto y cariño. Debo decir que es un personaje "exótico". Lady Danbury tiene una mente fuerte y una lengua afilada. Dice lo que piensa. Así, ejerce una gran influencia sobre la gente. No le importan las reglas ni las opiniones de la sociedad; es una mujer dueña de sí misma y es capaz de declararlo con cada centímetro de su cuerpo y de su mente. Además, puede ser una revolucionaria; y por suerte para ella, la alta sociedad siempre tiene miedo de lo que ella tiene que decir. Es viuda rica, con una reputación. Por lo tanto, puede permitirse ser esa Lady Danbury. En otro contexto, tal vez no podría decir lo que piensa tan fácil y abiertamente.

Por su parte, Violet Bridgerton, viuda también, es alguien diferente. Tuvo ocho hijos y por eso no tuvo tiempo para disfrutar de sí misma. Sin embargo, no se arrepiente de nada. No cabe duda de que se preocupa por lo que pueda pensar la gente y siempre es consciente de las normas convencionales de la sociedad, pero cuando se trata de sus hijos, es temeraria. Los quiere por igual a todos. Siempre prefirió ser madre y esposa primero, y luego pensar en ser mujer; sin embargo, no podemos juzgar esto. Cuando se trata de amor, ella es todo un ejemplo. Enseñó a sus hijos que la familia y el amor estaban por encima de todo. Puede ser una mujer flexible, pero aun así tiene un deber y sus hijos e hijas deben casarse algún día; por eso fue tan prudente como para hacer una lista de posibles pretendientes para cada uno de sus hijos e hijas en edad de casarse. Debido a la ausencia de su marido, lleva una gran carga. Donde hay amor, se encuentra Violet.

Los hermanos mayores Anthony, Benedict y Colin Bridgerton, son sin duda personajes dinámicos. Estos tres hermanos están destinados a ser los héroes de sus propias historias de amor. Son guapos, altos, morenos. Son demasiado protectores con su familia, y debido a su comportamiento sobreprotector, Daphne encuentra dificultades para encontrar pareja.

Anthony Bridgerton, el hermano mayor, es impulsivo, audaz, decidido y temerario. Desde muy joven tuvo que llenar un vacío para el que no estaba preparado; la ausencia de su padre le exigía demasiado. Intentó hacerlo lo mejor posible, de hecho, lo hizo, y creció como un hombre, pero solía olvidarse de escuchar y aceptar los consejos. En el caso de Benedict Bridgerton, se reconoce lo bondadoso y benévolo que es. Además, siempre sigue a su hermano mayor en todo y le apoya cuando Anthony tiene razón. Se preocupa demasiado por su hermana pequeña, Eloise, y por Francesca. Hasta cierto punto también es cariñoso y sobreprotector.

Colin Bridgerton es encantador, inteligente, ingenioso y divertido. Es el más amable de los tres hermanos mayores y realmente empático con la gente. Colin siempre ha estado muy unido a Daphne. Son mejores amigos, él intenta en todo momento apoyarla y estar a su lado en caso de problemas. Es muy popular entre las mujeres y es sabio cuando tiene que serlo, pero, aun así, carece de experiencia y madurez. Le encanta la literatura y la historia y durante un tiempo pasa mucho tiempo en viajes a Escocia, París y Grecia.

Hay un personaje misterioso que me hizo ser Sherlock Holmes en muchas ocasiones y todavía al final de la novela era imposible averiguar su identidad. Todos los personajes quieren conocerla, porque es despiadada cuando escribe sobre las personas. Está librando una guerra contra la alta sociedad, contra los estereotipos de la sociedad en general. Escribe para ganarse la vida. Algo realmente avanzado y revolucionario para las mujeres de aquella época, pero sobre todo audaz. Era habitual que las escritoras llevaran un seudónimo, normalmente el nombre de un hombre, pero ella decidió usar la firma de Lady Whistledown. El nombre se ajusta a lo que ella realmente hace, que es escribir chismes de las clases sociales altas. Su estilo es único, agudo y atractivo; en realidad se vuelve muy popular. Ella es otra narradora en la novela. En cada capítulo, el autor ofrece un fragmento de la columna de Lady Whistledown como presagio de lo que va a ocurrir. Sorprendentemente, uno también puede ser adicto a lo que Lady Whistledown tiene que decir. Sólo hay una forma de conocer los cotilleos de los miembros de la alta sociedad, y es ser un miembro de ella. La otra pista la da la autora en el epílogo, menciona a una joven que escribe una columna de Lady Whistledown.

El libro tiene tantos personajes para describir, pero estos son los más cercanos a la historia de Simon y Daphne y los que se involucran dentro de ella. En el resto de los libros, es posible ver a los otros personajes y probablemente otros nuevos.

Narrador
La historia está contada por dos narradores. El primero es un narrador omnisciente en tercera persona y el segundo, participante, es Lady Whistledown. Este personaje es un recurso, como se deduce, que el autor utiliza para dar un toque de misterio e intriga a la novela. Mientras se lee se tiene la impresión de que Lady Whistledown siempre está ahí, por lo que ambos narradores se complementan. El narrador omnisciente tiene libre albedrío para juzgar los pensamientos de los personajes, hasta el punto de que da sus opiniones y queda atrapado por lo que sienten y piensan los personajes. Así es imposible no formar parte de la trama. Este narrador salta de una mente a otra, pero se centra profundamente en las de Daphne y Simon. Otro detalle importante es que el narrador ve a Daphne y a Simon como personajes principales, pero en igualdad de condiciones; a veces el lector puede confundirse por esto, pero es cierto que los dos personajes principales son capaces de consumir al lector, especialmente Simon con su venganza y sus dolores. La voz del autor se siente detrás del narrador, sobre todo con un excelente gusto por el humor y el ingenio. La trama es realmente refrescante, con muchos movimientos y escenarios.

Símbolos
Tulipanes costosos
Los tulipanes son un regalo que Simon entrega a la vizcondesa Violet Bridgerton. Para empezar, un tulipán es símbolo de romance, pasión, amor incondicional y puro. Cuando Simon le pide a Daphne que la corteje, para que ella pueda ser deseada y a él le dejen en paz las mamás, ella sólo accede al plan y le pide que le lleve flores caras. Sin embargo, él decide regalar tulipanes costosísimos. A la mañana siguiente, cuando fue a cortejar a la señorita Bridgerton, pensaba entregarle esas flores a Daphne, o eso es lo que probablemente pensó ella. Al final convierte el regalo en la madre de Daphne y realiza la más bella de todas las acciones. Hace que Violet recuerde lo que se siente al volver a ser mujer; que un hombre le regale flores desde que murió el Vizconde significó tanto que se le saltaron las lágrimas. En ese momento Simon fija su destino y Daphne no podría estar más enamorada de ese hombre.

El anillo de compromiso
El anillo es un símbolo importante en la novela. Después del duelo, Simón y Daphne no tuvieron tiempo de llegar a un acuerdo. Todavía estaban confusos, había algunos vacíos que necesitaban llenar. Cuando fingían, todo era más fácil, pero después del compromiso se convirtieron en extraños. Simon sabía que la única forma de volver atrás en el tiempo era con un anillo de compromiso. Cuando él le dijo que había comprado un anillo con una esmeralda sólo por sus ojos, todo volvió a ser más fácil. El amor surgió de nuevo. Daphne tenía los ojos marrones, pero justo en el fondo había un círculo verde que sólo el duque veía. El anillo debía curar sus heridas y recuperar ese vínculo que tenían desde el principio.

Cartas del antiguo Duque de Hastings
La misma noche en que Simon arruinó el honor de Daphne, el Duque de Middlethorpe entregó a Daphne un grupo de cartas del padre de Simon. Era importante que alguien pudiera leer las cartas y averiguar qué sentía su padre por su hijo antes de morir. Simon no quiso escuchar el asunto, en su lugar Daphne las guardó, con la esperanza de que algún día él las leyera. Esas cartas significaban la influencia que el antiguo duque de Hastings tenía sobre Simon, así como un recordatorio de la terrible infancia que tuvo. Una vez que Simon Basset se enfrenta de nuevo a esas cartas, resuelve ese conflicto personal que tiene y decide no arruinar su futuro con Daphne por el resentimiento que tenía con su padre.

Estilo y tono de la novela
Julia Quinn fue muy cautelosa al escribir The Duke and I (2015), porque no es fácil destacar cuando hay tantos exponentes del romance de Regencia en este siglo. En su defensa, no es que lo necesite, es una mujer con talento. El libro está lleno de descripciones de los escenarios en interiores y también en exteriores. Puedes sentir las vibras londinenses durante cada baile y cada actividad. Sus personajes mantienen largos diálogos y la narradora es realmente precisa al contar cómo se sienten exactamente los personajes y lo que están pensando. El lector puede imaginarse a los personajes por la ropa que llevan, las escenas por los paisajes que contemplan.

La autora aportó varios elementos nuevos. Hasta ahora, los lectores han leído romances de Regencia sobre cómo los protagonistas se conocen y se aman hasta su boda. Nunca han leído sobre problemas matrimoniales o lo que ocurre después del "felices para siempre". Corrigió la idea de los lectores de que el matrimonio es el "felices para siempre" en un libro, porque, ciertamente, el matrimonio es todo un reto. El otro elemento, como ya se ha dicho, es Lady Whistledown. Esta mujer toma el control de otros miembros de la sociedad sólo con su pluma. El último elemento, pero no por ello menos importante, es añadir las relaciones sexuales a las novelas. Desde que Simon conoció a Daphne, su pensamiento voló de deseo, y Julia no perdió ocasión de contarnos cómo eran esos deseos. Tras su choque en el baile de Lady Trowbridge, la escritora también expuso con detalles su pasión y vivacidad. Son precisamente elementos de la posmodernidad como el poder de la prensa en nuestros tiempos y las escenas sexuales explícitas. Dicho esto, las novelas de Jane Austen y Georgette Heyer eran más recatadas, modestas y tímidas. Rara vez se mencionaba un beso. Sin embargo, Julia Quinn trasladó el romance de la Regencia inglesa a la posmodernidad del siglo XXI.

Al final del libro hubo otro elemento que llamó la atención. Se sabe desde hace varias entrevistas que Julia Quinn ha leído a Jane Austen, pero a diferencia de Georgette Heyer, Austen no fue su inspiración para escribir romances de Regencia. A pesar de ello, encontré un dato interesante, una frase en el último fragmento de los informes de Lady Whistledown sobre el nuevo conde de Hastings: “[...] after all, it is a truth universally acknowledged that a married man in possession of a good fortune must be in want of an heir” [después de todo, es una verdad universalmente reconocida que un hombre casado en posesión de una buena fortuna debe estar necesitado de un heredero]. (p. 277)

Si alguna vez se ha leído a Austen, se puede saber que no hay otra frase icónica y de apertura que aluda a la de Orgullo y prejuicio: “It is a truth universally acknowledged that a single man in possession of a good fortune must be in want of a wife” [Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna debe estar necesitado de una esposa].  (p. 277)

Es interesante cómo Julia Quinn transformó el significado de una frase conocida, marcando así el tono de la novela. El uso de la intertextualidad fue otra característica de la posmodernidad, y también puede ser una alusión para homenajear a la mejor escritora de la época de la Regencia, Jane Austen.

Recursos estilísticos
En este análisis literario se han encontrado varios recursos estilísticos. En esta sección pretendo mostrarlos.

Imagen
La autora utilizó este recurso estilístico para dar a los lectores una descripción específica de lo que quería que se imaginaran, como el crecimiento de Simon, su aspecto físico y sus aventuras con Anthony Bridgerton.

His face was quite simply perfection. It took only a moment to realize that he put all of Michelangelo's statues to shame. His eyes were oddly intense—so blue they practically glowed. His hair was thick and dark, and he was tall—as tall as her brothers, which was a rare thing. (p. 35).

[Su rostro era simplemente perfecto. Solo tomó un momento darse cuenta de que avergonzó a todas las estatuas de Miguel Ángel. Sus ojos eran extrañamente intensos, tan azules que prácticamente brillaban. Su cabello era espeso y oscuro, y era alto, tan alto como sus hermanos, lo cual era algo raro]

Metáfora
Las metáforas de Julia Quinn son intensas. La mayoría de ellas asentaban las emociones y sentimientos de los personajes y, en algunos momentos, ayudaban a describir la intensidad del estado de ánimo de la historia:

Simon felt the duke's rejection in his very bones, felt a peculiar kind of pain enter his body and creep around his heart. And, as hatred flooded his body and poured from his eyes, he made a solemn vow. (p.11).

[Simon sintió el rechazo del duque en sus propios huesos, sintió un tipo peculiar de dolor entrar en su cuerpo y arrastrarse por su corazón. Y, mientras el odio inundaba su cuerpo y brotaba de sus ojos, hizo un voto solemne]

Símil
Hay un uso recurrente del color verde y la autora lo utiliza a veces para describir los ojos de Colin y Daphne como el color de los muebles y la ropa. Como en el primer caso, lo compara con las esmeraldas: “His arms were crossed, his legs spread in a wide and implacable stance, and his eyes, normally so merry and mischievous, were as hard as emeralds.” [Sus brazos estaban cruzados, sus piernas abiertas en una postura amplia e implacable, y sus ojos, normalmente tan alegres y traviesos, eran tan duros como esmeraldas](p. 148)

Alusiones
Las alusiones se utilizaron para resaltar un sentimiento o lo bien que le caía el héroe de la historia: “His face was quite simply perfection. It took only a moment to realize that he put all of Michelangelo's statues to shame. [Su rostro era simplemente perfecto. Solo tomó un momento darse cuenta de que avergonzó a todas las estatuas de Miguel Ángel](p.35)

Emma, La indomable Sofía y el Duque y yo
Estudiamos diferentes romances de Regencia, y enfocamos las historias más destacadas de los siglos XIX, XX y XXI. Seleccioné tres excelentes exponentes: Jane Austen, Georgette Heyer y Julia Quinn. Mi intención era mantener el estudio de las escritoras inglesas, pero la popularidad y el talento de Julia me hicieron desviarme del curso original de la investigación. De ahí que trasladara el eje geográfico a Estados Unidos. En esta sección se pretende rendir homenaje a estas tres increíbles escritoras. 

En general, los tres libros tratan sobre el romance y el amor, pero el tema principal está relacionado con la posición de la mujer en la sociedad y cómo su dignidad y honor estaban ligados al matrimonio. El matrimonio era un acto político y económico sobre intereses personales y no fundamentalmente sobre el amor. Las tres autoras critican este hecho y demuestran que el amor es una opción mejor. Además, demuestran cómo las mujeres utilizan a veces a su favor las lagunas legales del convencionalismo de la sociedad.

En Emma, la trama gira en torno a la hija menor del señor Woodhouse, una niña mimada que no tiene intención de caer en las garras del matrimonio. Decide crearse una carrera como casamentera, lo que le permite decidir sobre la vida de los demás y manipular sus pensamientos y creencias. No obstante, Emma Woodhouse no es del todo una chica maliciosa, simplemente no se corrigió a tiempo, y es ahí cuando el héroe de la historia entra en acción. El señor Knightley se gana su corazón y, por supuesto, la ayuda a ver lo equivocada que estaba.

En La indomable Sofía (The Grand Sophy), Georgette redime los errores de Emma Woodhouse creando una heroína lo bastante capaz como para manipular a los demás con el fin de ayudarles a encontrar su propia felicidad. Ella se conocía a sí misma, pero el resto de los personajes eludían su naturaleza y confundían su felicidad con obligaciones. Al final, le enseña al héroe que tenía razón y que todo lo que hizo fue bien intencionado.

El Duque y yo (The Duke and I) es completamente diferente. Daphne es una joven debutante aterrorizada por no tener un matrimonio como el de sus padres. Ellos se amaban con tanta locura que ella no podía desear otra cosa que eso para sí misma. Ciertamente, Daphne Bridgerton se asustaba con la simple idea del matrimonio, pero lo esperaba con impaciencia y deseaba formar su propia familia. Sin embargo, nunca dejó de pensar que ella, y las mujeres en general, eran minimizadas por los hombres.

Se puede notar, sólo con contar la trama, que hay una cierta evolución en los romances de la Regencia. Se puede relacionar con el siglo que cada autora vivió y aún vive, en el caso de Julia. Su enfoque sobre la vida puede tener seguramente que ver con la perspectiva que cada una de ellas aporta en sus historias. En la de Austen nos encontramos con una niña mimada que no conocía sus límites y necesitaba madurar por encima de su ego y orgullo. En la de Heyer encontramos a una mujer completamente consciente de sus habilidades y cualidades, capaz de hacer y comportarse como lo haría cualquier hombre y mejor. En Quinn descubrimos a una mujer demasiado sabia para su edad, que abraza su sensualidad y el poder que puede tener sobre un hombre; critica el autodesprecio de la mujer e incluso contradice sus creencias; está dispuesta a gobernar su vida con sus propias armas. 

De acuerdo con la ambientación de la novela, Austen no desperdiciaba grandes espacios ni demasiados movimientos. Para ella, la trama, los diálogos tenían más valor. Emma se instala en el campo, donde no hay posibilidad de que la heroína crezca y madure y, seguramente, donde era posible que fuera una titiritera. Georgette Heyer se centra en Londres, 1816, cuando la guerra ha terminado. Sophy ya había recorrido el mundo, y Londres era el menor de sus problemas. Julia mezcla el campo y Londres, aunque la mayor parte de los acontecimientos ocurren en las casas de Grosvenor Square.

Sus puntos de vista son bastante similares, de hecho, Austen y Heyer tienen perspectivas parecidas. Sin embargo, Quinn tiene un enfoque contemporáneo muy valioso. Su historia no trata sólo de la heroína, el héroe tiene un papel particular, es el personaje que madura y da sentido a la historia con su venganza, sus votos e ideales. Utiliza la sensualidad en su novela como un recurso para hacer más real al personaje, y en realidad es algo que se ignoraba u olvidaba en los libros de Austen y Georgette, porque se suponía que no se debía hablar de esos temas, cuando en realidad es parte de la naturaleza humana.

De hecho, puede que Quinn nunca llegue a ser Heyer o Austen, pero tiene el talento suficiente como para hacerse un lugar entre las escritoras excepcionales de novela romántica de la Regencia. Es directa al hablar. Hace a los hombres vulnerables y a las mujeres poderosas, como Daphne, que salva a Simon. También da poder a una mujer que cree poco de sí misma, que cree ser un ser humano normal, cuando siempre ha sido un diamante, bueno, una esmeralda en este caso. Y si el lector reflexiona sobre ello, ¿cuántas mujeres en el mundo siguen sintiéndose personas normales cuando todas somos diamantes en el fondo? Sin embargo, de ninguna manera puede subestimar a los hombres, los hizo príncipes, capaces de reconocer la belleza del mundo, hombres finos confundidos por el odio y la ira como Simon. Sin duda, hay un indicio de nuestro mundo del siglo XXI dentro de El Duque y yo.

Emma Woodhouse, Sophy Stanton-Lacy y Daphne Bridgerton
Las tres protagonistas son bastante parecidas en algunos aspectos. Por ejemplo, durante sus historias sus padres están en cierto modo ausentes. Son mujeres independientes, de familias adineradas. Son debutantes y, como es sabido, sus familias querían que se casaran lo antes posible. Como feministas, creían que las mujeres pueden ser algo más que una esposa y una madre, si la sociedad no las menospreciara tanto.

Emma es una chica inmadura y mimada. Dirige su casa y su familia desde muy joven y nunca ha encontrado a nadie que le ponga límites. El problema es que acabó manipulando a la gente pensando que hacía lo mejor para ellos. Al final, se disculpa por abusar de su posición y poder; a pesar de que no pretendía hacer ningún daño. En realidad, Emma se perdió en su propio ego y orgullo y se consumió por la idea de que no necesita el amor ni el matrimonio. Sin embargo, el amor siempre ha llamado a su puerta cada vez que el señor Knightley la visitaba. 

Daphne Bridgerton es audaz como Sophy y dice lo que piensa como Emma. No manipula a la gente, pero hay un momento en que se aprovecha de un hombre, precisamente Simon. Es algo fuerte de leer; la forma en que se siente poderosa en la cama, en sus dominios. Sin embargo, no tiene miedo de golpear a un hombre en la cara. Puede que Daphne no esté segura de sí misma ni de su poder, pero es sabia y respetuosa, amable y simpática, y sabe lo que un hombre realmente necesita. Procede de una familia numerosa y adinerada y crece pensando tan poco en sí misma que no es justo que el lector se lo imagine. Pero todo esto hace que uno sienta que Daphne se parece más a nosotros que a un personaje de un libro. Es perfectamente imperfecta y actúa como si fuera una mujer del siglo XXI buscando el amor en la época de la Regencia.

Simon no es ese caso social que ella necesita arreglar; ambos son, al final, una extensión del otro, y ese es el mensaje más hermoso que esconden las palabras de Julia Quinn. Para terminar, Daphne decide convivir con la sociedad y sus reglas, pero aprende que también puede gobernar su propio camino. Aunque uno pueda pensar que está retrocediendo con respecto a la heroína feminista que los lectores siempre buscan, Daphne está definitivamente liderando el mundo de las novelas de Regencia con Julia Quinn, evolucionando y creciendo.

Es impresionante cómo cada una de las autoras ha tratado el romance de Regencia. Las heroínas de Austen eran todas mujeres notables procedentes de familias de baja condición. Todas ellas demostraron ser mujeres en desacuerdo con las convenciones de la sociedad de su época. Sin embargo, Emma es una mujer de alto estatus cuyos pensamientos sobre el matrimonio no eran nada que pudiera provocarle insomnio y, sin embargo, hace carrera como casamentera. Brevemente, puedo decir que Emma es una verdadera heroína del siglo XIX. Puede que sea esa forma particular que tenía Austen de escribir, acorde con la época en que vivió.

Sophy es diferente, es segura de sí misma y elegante. Sabe manejar una pistola, montar a caballo y conducir carruajes. No le asusta enfrentarse a hombres peligrosos y cree que el matrimonio no es para ella. Termina manipulando a los demás, pero su plan tiene éxito, no como el de Emma. En realidad, ayuda a la gente a encontrar el amor y la felicidad y, por suerte para ella, también lo encuentra.

Georgette Heyer fue una verdadera heredera de Jane Austen. Sin embargo, las cualidades feministas que dio a Sophy podrían no ser sólo una influencia de su querida Jane, sino la misma perspectiva del feminismo del siglo XX. Es durante esa época cuando se inicia la 3ª ola del feminismo. No cabe duda de que tras las experiencias de Sophy durante sus viajes por el mundo, su inteligencia, carácter y habilidades para montar a caballo y disparar pistolas, es sin duda una heredera de la 3ª ola del feminismo.

Quinn añadió el candor y el sabor de mostrar el impulso sexual en Daphne Bridgerton. Algo que ningún escritor del siglo XIX haría jamás. A pesar de los pensamientos de la propia Daphne sobre cómo las mujeres son subestimadas por la sociedad, ella sigue dominada por el deseo de casarse y tener una familia propia; y este hecho lo hace aún más interesante, porque está claro que Julia Quinn utilizó la deconstrucción, pero también reconstruyó la figura de la mujer del siglo XIX al crear este deseo que Daphne tiene de casarse, algo que las heroínas de Austen y Heyer veían como un logro innecesario para una mujer. Esa es la razón principal por la que Daphne a veces contradice sus actos y pensamientos sobre el matrimonio y la posición de la mujer.

Así pues, la deconstrucción desempeña un papel importante en esos aspectos. Ambas autoras, Quinn y Heyer, han deconstruido diferentes personajes del siglo XIX, o digamos las mujeres del siglo XIX en general, y han llevado a cabo sus propias versiones del periodo de la Regencia. Georgette es evidente en su elección de argumento y personajes. Sophy es una deconstrucción de Emma. Pero Quinn hizo más que eso. Ella, como maestra de los rompecabezas, tomó la imagen misma de una mujer del siglo XIX y, pieza a pieza, construyó para sí misma un arsenal de mujeres capaces; todas ellas brillando con su única luz en The Duke and I (2015). Los seres humanos somos, sin duda, un todo construido por pequeñas piezas que decidimos conservar o desechar para evolucionar y mejorar.

Por ejemplo, Julia Quinn comienza la novela mostrando que la vizcondesa lleva el carro de la familia Bridgerton ella sola, ya que es la que se ocupa del matrimonio de los hijos mayores y de la hija seleccionando posibles pretendientes y debutantes y preparando listas para ellos. Es una mujer fuerte capaz de arrastrar a sus hijos de una oreja y hacerles entrar en razón. Julia también permite a Daphne ser más sabia y arrancar la banda que cegaba de odio a Simon. Lady Danbury es otra mujer poderosa cuya lengua y opinión son temidas por todos. Del mismo modo, Lady Whistledown tiene la vida de todos en su mano. Sólo con su pluma y una hoja de papel puede mandar a la ruina infinita a quien ella quiera. La forma en que los lectores conectan con estas mujeres es una prueba de cómo la deconstrucción ha sido un elemento importante para que el libro de Heyer y especialmente el de Quinn desarrollen personajes tan superiores en pensamientos a la sociedad de la época.

Conclusiones
Para cumplir con el objetivo principal de esta investigación, seleccioné tres autoras: Jane Austen, Georgette Heyer y Julia Quinn. Decidí llevar a cabo un análisis literario de El Duque y yo (The Duke and I), de Quinn, y compararlo con La Indomable Sofía (The Grand Sophie), de Heyer, y Emma, de Austen, y posteriormente con sus heroínas. El curso de esta investigación ha conducido a resultados interesantes. En primer lugar, las tres autoras escriben y critican el mismo tema, tienen puntos de vista similares, pero sus estilos son diferentes. Este último aspecto tiene que ver con su perspectiva sobre la vida y los siglos a los que pertenecen, como principales factores de influencia. Otro dato interesante es que otorgan cualidades feministas a sus heroínas.

Julia Quinn utiliza una perspectiva feminista para abordar los conflictos de la novela a través de varios personajes. Por ejemplo, Lady Whistledown es una mujer que ha decidido hacer algo con su vida arriesgando su identidad para luchar contra la clase media-alta haciendo lo que mejor saben hacer, juzgar. En este caso, el matrimonio es un conflicto en sí mismo que se ha ido heredando siglo tras siglo. Julia, muy inteligente, hizo de Daphne una mujer paciente. No corrió detrás de su marido, ni siguió su juego, pero consiguió que Simon la echara de menos y la deseara como lo haría cualquier mujer moderna del siglo XXI. Daphne Bridgerton nunca necesitó de manipulaciones, siempre dijo lo que pensaba y luchó por lo que quería. En contraste con las otras dos heroínas, Daphne triunfa con corazón bondadoso, paciencia y pura ternura. Por eso, afirmo rotundamente que Daphne es una heroína verdadera y sólida dentro del romance de Regencia. Sin duda, puede representar a las mujeres de los siglos XIX, XX y XXI sin manipular, ni apuntar con una pistola a ningún criminal.

La teoría de la deconstrucción es un elemento importante dentro The Grand Sophy (1950) y The Duke and I (2015). Georgette hizo a Sophy impecable. En realidad, Sophy parece una persona que viajó del futuro al pasado. Asombró a todo el mundo, pero no olvidemos que Emma podría haber sido esa misma Sophy, si tan sólo Austen hubiera ido más lejos. Eso es exactamente lo que hizo Heyer. Deconstruyó a Emma y, en sus manos, la convirtió en una consumada casamentera que ayudó a todos a ser más felices.

 Puede que Julia no lo hiciera intencionadamente, pero sólo con estudiar la época de la Regencia y leer romances de la Regencia deconstruyó la imagen de la Regencia y construyó su propio mundo y personajes según su perspectiva. Otras heroínas han criticado el matrimonio, mientras que Daphne deseó casarse durante toda la historia, una característica pura de una mujer del siglo XIX. Esta heroína de Bridgerton es adecuada para llenar los zapatos de una feminista que vive en el siglo XIX completamente consciente de su sociedad y lo que se espera de ella, pero siempre que sea bajo sus términos.

Referencias
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Valdés, D (2016). Deconstructionism in Angels and Demons and The Da Vinci Code: A comparative analysis. Diploma paper, University of Havana, La Habana.
           

Notas:

[1] La Regencia británica (1811-1820) se asienta a principios del siglo XIX. Estos años son conocidos por su elegancia y sus logros en las bellas artes y la arquitectura.

[3] Edith Maud Hull, conocida como E.M. Hull, fue una escritora inglesa de novelas románticas. Se la conoce sobre todo por haber iniciado el renacimiento del "romance del desierto", género de ficción romántica.

[4] Shonda Lynn Rhimes (1970) es una guionista, directora y productora estadounidense. Es conocida principalmente por ser la creadora de la serie de televisión Grey's Anatomy (Anatomía de Grey), por la que ganó en 2007 el Globo de Oro a Mejor serie de televisión dramática.

 

 
  Universidad de Guadalajara
Departamento de Filosofía / Departamento de Letras